lunes, 13 de diciembre de 2010

Capítulo 35: Corea



Corea es una península que se extiende más de mil kilómetros de norte a sur. Está limitada al norte con Rusia y China, al este con el mar, tras el cual se encuentra la vecina Japón.

Hubo un tiempo en que Japón ocupó Corea con la intención de explotar económicamente al país, utilizándolo para conseguir mano de obra y productos más baratos, después de varios intentos de independencia por parte de los coreanos que se saldaron con miles de muertos, la ocupación japonesa terminó en 1945 con la segunda guerra mundial. Corea entonces fue dividida en dos partes como si de un pastel se tratase, la parte norte se la adjudicó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y la parte sur fue para los Estados Unidos. Se formaron por tanto dos gobiernos independientes y ambos reclamaban la soberanía sobre la totalidad de la península.

Las tensiones entre ambos territorios desembocaron en una guerra en 1950 entre ambos bandos, después de unos ataques iniciales por parte de Corea del Norte, una segunda guerra mundial a pequeña escala (URSS vs. EEUU), con una población dividida, enfrentada entre sí. Tres años después con la ayuda de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se firmó un armisticio junto a China, y se creó una zona desmilitarizada entre ambos territorios.

Políticamente el Sur se bautizó con el nombre de “República de Corea”, mantuvo un sistema de propiedad privada y el gobierno usó los mercados y los incentivos privados para desarrollar la economía, la influencia del mando americano y el capitalismo es clara.

Por otro lado, Corea del Norte se bautiza como “República Democrática Popular de Corea”, siguiendo el modelo soviético y aboliendo la propiedad privada, se autodescribe como una república socialista auto dependiente. El presidente actual es Kim Jong II, hijo de Kim Il Sung, fallecido en 1994 y proclamado “presidente eterno”. El país está inundado con la imagen de ambos dirigentes, como si de dioses se tratasen, un ejemplo simple, es que todos los libros editados en dicho país se le atribuyen como autor a dicho mandatario, aunque evidentemente le sea imposible crear las miles de obras por tiempo material. Toda la prensa está controlada por el estado, así como existen grandes restricciones para entrar y salir del país, de hecho, es apodado como “el reino ermitaño”. 

Los ciudadanos no disponen por tanto de bienes propios, de manera que cada ciudadano se dedica a la labor que le es asignada, a cambio se le entrega una cantidad de comida para todo un mes, que resulta en la mayoría de casos más que insuficiente. Tanto es así que el 23% de los hombres y el 37% de las mujeres afirman que algún miembro de su familia ha muerto por hambre. En cambio, disponen de uno de los cuatro ejércitos más grandes del mundo con más de un millón de soldados en activo y más de cuatro millones y medio en reserva, posee la cantidad más alta de militares en relación a los habitantes, entre otras cosas porque aparte de que el gobierno le da una importancia máxima y  le dedica gran parte de su presupuesto, los ciudadanos son alistados sin su consentimiento. También dispone de un programa nuclear que preocupa al resto del mundo y que ellos intentan ocultar las miradas internacionales argumentando que es solo como medida de defensa. (¿Qué diferencia hay?).

En cuanto a derechos humanos, se sabe que en Corea del norte existe el empleo de la tortura, aplicación de la pena de muerte, detención y encarcelamientos arbitrarios, condiciones de reclusión inhumanas y la supresión prácticamente total de las libertades fundamentales, incluidas las de expresión y comunicación. Hay datos de que existen campos de prisión, trabajos forzados, violaciones, experimentos médicos, etc.

Resulta difícil creer que en el año en que estamos exista un régimen de este calibre que tanto recuerda a otros errores imperdonables pasados que deberían ser irrepetibles, tampoco se debe tolerar que el odio se pueda seguir cultivando y aplicando un maltrato en unas gentes que no han parado de sufrir desde tiempo inmemoriales ya sea bajo una u otra bandera.

Como raza resulta un fracaso colectivo ya que es inútil que en unas zonas del planeta existan ciertos derechos y libertades si en otras zonas ocurre todo lo contrario cuando además se mira para otro lado para eludir el problema.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Capítulo 34: La oveja negra



Lo recuerdo en tiempos de colegio, el profesor de turno dictaba unas normas temporales de obligatorio cumplimiento con la particularidad de que con que solo uno de los alumnos no las cumpliese, el premio final destinado a toda la clase se perdería, señalando además al culpable. El primer contacto con la oveja negra, aquel o aquella que por gracia, oposición al poder, intento de golpe de poder propio, desafío, enfado o frustración rompe las reglas que tiene que seguir el grupo, aún a sabiendas de que las consecuencias negativas repercutirán sobre todos.

Es entonces cuando lo señalan, y en la mayoría de los casos se defiende, se muestra desafiante, seguramente su situación no es igual de buena, ni su progreso igual de rápido que otros alumnos, se siente contrariado y no le importa absolutamente el grupo, igual que al grupo no le importa absolutamente este individuo hasta que incide negativamente en sus privilegios.

Por desgracia las leyes son para todos, pero se establecen y modifican estableciendo límites más concretos conforme individualmente alguien las infringe, límites establecidos por individualidades, aplicación de límites plurales, contradictorio pero lógico. No es viable, ajustar personalmente las normas, debemos de aprender a convivir en grupo, entendiendo de una vez que estamos obligados a entendernos, a convivir, a socializarnos.

En el colegio intentaban enseñarnos una situación que más tarde nos encontraríamos en la sociedad, el reconocimiento de la oveja negra, saber identificarlos, saber enfrentarse a ellos, y no tolerar ningún acto que ponga en peligro el buen funcionamiento del conjunto.

Tan importante es defender tus derechos, como perseguir a aquellos que los puedan poner en peligro con sus actitudes.

La vía rápida, ese acto de egoísmo en su estado más puro, no está vulnerando una regla o una ley, está vulnerando el derecho de todos, conseguir las cosas a base de romper las normas no es ningún hecho meritorio, sino más bien ganar un partido amañado, un atentado contra la libertad y derechos de los demás.

En tiempos de colegio señalar a la oveja negra era sinónimo de ser un chivato, una persona que delataba a sus semejantes, que informaba a un gobierno mayor de acciones incorrectas de un compañero, compañero…,poco tienen que ver con ese concepto estos individuos, sus acciones solo traían malestar y restricciones para todos, su imperio de mentiras, su egoísmo, sus actitudes intimidatorias, puede que ellos fueran y sean las ovejas negras, pero entonces todos los demás tenemos que intentar ser más bien una manada de lobos.

martes, 16 de noviembre de 2010

Capítulo 33: La inmortalidad



Ha sido siempre el sueño húmedo del ego humano, el argumento de muchas historias, uno de los tres deseos que pediríamos al genio de la lámpara, permanecer aquí por siempre, no temer por la muerte, por el deterioro, por la vejez, por la enfermedad, un infinito caminar saciando necesidades básicas.

La ciencia invierte casi todos sus esfuerzos en este sentido, en alargar la estancia de cada uno de nosotros, conseguir unas células como las cancerígenas, capaces de aguantar cualquier adversidad, indestructibles, procreadoras, regeneradoras, me pregunto qué sentido tiene permanecer aquí más tiempo del necesario, contemplando más allá de tu ciclo vital.

Una vez leí que cada generación quiere ser la última, desechando todo lo anterior y todo lo posterior, los logros, valores y acciones de tu generación como los únicos válidos, solo estos tienen sentido, una manera de erradicar cualquier cosa que ponga en peligro las columnas de tus valores, de las cosas que los impulsaron, la reivindicación de una estirpe.

¿Acaso no tenemos suficiente tiempo para expresarnos y para hacer todo aquello que deseamos en lo que dura nuestra vida?, la inmortalidad solo supondría un adormecimiento de nuestras pasiones, dejaríamos todo para mañana, alargaríamos todo hasta el infinito, un letargo eterno, no nos engañemos, nadie tendría prisa para nada, solo queremos tranquilidad, para descansar, para vaguear, para no esforzarnos, el cultivo de la comodidad intelectual.

Hay una variante para todo esto, otro sobrenombre con el que se conoce todo este sueño y que describe de manera más detallada el verdadero ardiente deseo del humano, “juventud eterna”, queremos la vida eterna, pero no si no está ligado a una juventud o a una buena apariencia, un aspecto estupendo, la adolescencia eterna, el otro deseo escondido, mantenernos guapos y aceptados socialmente por todos los demás, hablar más con nuestro cuerpo que con nuestro cerebro.

En una entrevista realizada al gran Salvador Dalí, le abordaron con varias cuestiones acerca de su propia muerte, este decía que no creía en la muerte de Dalí, pero que temía la muerte, el momento en que llegase. A día de hoy, bien sabemos que Dalí no ha muerto y que se mantiene inmortal.

No sé si algún día se conseguirá mediante la ciencia cualquier avance sobre la inmortalidad tangible, pero antes de que se produzca y en relación al sueño oculto de la raza humana, yo me pregunto si realmente tiene sentido.

De momento, todo sigue tal y como siempre ha sido, el cuerpo sufre un deterioro constante, tiene fecha de caducidad, el mundo aguantará nuestro paso, y continuará su rumbo una vez dejemos todo esto, así que, si queréis la inmortalidad ya podéis empezar a hacer méritos, como se decía en cierta película: “La inmortalidad es toda vuestra, ¡cogedla!”

martes, 9 de noviembre de 2010

Capítulo 32: Justicia



En las dos primeras acepciones de la palabra justicia, se expone lo siguiente:

1. f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.

2. f. Derecho, razón, equidad

En un mundo multicultural como el que vivimos, la justicia se intenta aplicar a través de leyes, normas, reglas. Por tanto, en todo país existe un código que dicta las leyes y derechos de cada ciudadano residente en un lugar concreto, el desconocimiento de estas normas no exime de su cumplimiento, por lo tanto, es de suma importancia que todo ciudadano conozca aquellas que les atañen, así como elegir y votar adecuadamente para que los gobernantes y los diferentes estamentos encargados de crear y modificar estas, sean lo más diligentes posible para que mantengan igualdad y orden, sin poner en peligro la libertad y el bienestar de los ciudadanos.

En muchas encuestas realizadas en torno a los diferentes sistemas judiciales, así como leyes y sensación general de justicia, los resultados arrojados son de desconfianza hacia todo el entramado legal por parte de la sociedad, dando a entender que en la mayoría de los casos no se aplica la justicia ni de la manera ni en la medida que se espera.

¿Qué factores hacen que exista esta desconfianza?, analizando un poco el asunto, una de las primeras razones, puede ser el desconocimiento por parte del ciudadano de todas las leyes que le afectan, así como del funcionamiento de un proceso judicial, plazos, penas y las entidades necesarias en cada caso, por el contrario la sociedad en general, cree conocer la mayor parte de sus derechos y abusan en muchos casos a la hora de hacer un uso responsable de estos.

Pero este desconocimiento general no es solo la causa de que la sensación de justicia sea una idea utópica entre la población, la prosa legal en su mayoría resulta indescifrable, con grandes cantidades de textos, sin dejar claro el propósito para el que fueron escritos. Muchos de estos textos resultan ambiguos, otros se contradicen entre sí, y muchos dejan lagunas legales para términos muy concretos.

La maquinaria judicial funciona con demasiada lentitud, existe una gran cantidad de burocracia intermedia entre que aparece un problema y se dicta una sentencia, la solución en enmaraña, y las réplicas siguen alargando el proceso, no se suele aplicar el sentido común en casos que así lo precisan, por otro lado la no informatización de la mayoría de trámites así como bases de datos, hacen que el funcionamiento de notificaciones y burocracia a la antigua usanza prolongue el letargo.

En España, el sistema penal está orientado hacia la reinserción, en ved de hacia el castigo, se confía en que siempre la persona puede cambiar radicalmente (algo que ha venido demostrándose en muchísimos casos (especialmente en los más graves) que casi nunca es así, y entonces surgen los delitos reincidentes disipando cualquier atisbo de justicia), la sensación que queda es que sale demasiado barato delinquir e infringir leyes, el riesgo en la mayoría de casos suele compensar a las penas que se suelen imponer al final de un largo proceso judicial.

En España, como máximo nadie puede permanecer más de treinta años en la cárcel, aunque siempre es difícil llegar a esta cifra, ya que el responsable abogado defensor, agotará todas las maniobras legales para bajar la pena, moralidad aparte por supuesto, e incluso en la propia cárcel el condenado podrá reducir pena mediante ciertos criterios dentro de la prisión.

En muchos casos, la pena queda reducida a una fianza económica, resulta irónico que un delito se borre con dinero, máxime cuando este se ha producido por robar dinero. Me pregunto el por qué no existe una pauta para que la gente con ciertas penas no realicen una serie de trabajos que reviertan a la sociedad, a la misma sociedad a la que un día, engañaron, violaron, estafaron, etc. Sería una manera de hacer menos apetecible el delito, aparte de una manera coherente de que el condenado compense a la sociedad...y justicia para todos.

Al final te queda la sensación de aquello que dicen de que la ley sólo es injusta para los que la cumplen.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Capítulo 31: Porno



Imagina que el electricista o el fontanero, llama a la puerta de una ama de casa de no más de veinticinco años insinuándose, imagina que la enfermera atiende a un enfermo, con una ropa más ceñida y corta de lo reglamentario en actitud provocadora, imagina que el jefe de una empresa ejerce un poder hipnótico-sexual sobre su secretaria, imagina que dos chicas o más tienen relaciones lésbicas solo para el placer de un hombre, imagina que el sexo se convierte en negocio visual dirigido por hombres.

Recuerdo que a temprana edad y aún con el shock de ser consciente de la existencia del porno, mis compañeros de juegos de aquello época y yo, vimos clara nuestra meta en la vida: ser actores porno. Empezamos a dialogar sobre el tema, y la verdad es que no veíamos ningún inconveniente, todo parecían ventajas. Con el paso de los años, creo que todos nos hemos dado cuenta que como en la mayoría de cosas de la vida, todo no es tan bonito como parece.

Pero esto no significa que el negocio del porno no sea un gran negocio, al menos para algunos. Como necesidad básica el sexo siempre está en nuestra mente desde el momento en el que somos conscientes de su existencia y su potencial, tanto es así, que a día de hoy, en una sociedad vendida en torno al sexo, resulta un arma tan poderosa como el dinero y es capaz de conseguir las mismas metas infinitas.
¿Qué pasa si mezclamos sexo y negocios? Que obtenemos la ecuación perfecta hacia grandes cantidades de dinero. Tanto es así que la industria del porno tiene un peso enorme en la sociedad, aunque siquiera lo notemos, ¿sabéis acaso quien desequilibra la balanza en temas como que formato de video casero se usa?, ¿acaso no intuís quien implantó los videos en el móvil, o la banda ancha para internet?

Es la industria que más se adapta a las tecnologías, su uso y su negocio ha crecido hasta límites insospechados desde que usa internet (la red anónima) para extender sus servicios ¿sabéis que una de las cinco palabras más buscadas por niños en internet es “porno”? ¿Sabéis que en el mismo ranking se encuentra la palabra “sexo”? ¿Sabéis que cada día se crean 266 nuevos sitios webs con contenido pornográfico? ¿Sabéis que el 72% de los internautas consume pornografía? ¿Sabéis que existen 372 millones de páginas webs pornográficas? ¿Sabéis que el año pasado las ganancias online de la pornografía fue de 2840 millones de dólares?

Internet proporciona el acceso a material pornográfico de cualquier índole manteniendo en todo momento el anonimato. Esto ha hecho que su consumo se dispare, al igual que las perturbaciones y es que, como en todo lo que pasa por mano del hombre y más tratándose de una necesidad básica, su uso y su contenido se ha distorsionado hasta en muchos casos rozar la enfermedad. 

El porno puede resultar de lo más complementario, placentero y curioso en un momento dado, pero no debe traspasar ciertas barreras, no debemos de permitir que se trafique con ciertas imágenes y videos, sobre todo aquellos que incluyen a niños. Tampoco debemos dejar que el porno dañe la imagen de la mujer, convirtiéndola en un simple objeto sexual esperando y deseando satisfacer al hombre en cualquier situación, ni debe confundir a jóvenes, haciéndoles creer que el sexo sin compromiso exprés es la mejor opción para saciar sus necesidades y que esto le hará ser más viriles y modernos.

El porno debe ser una dramatización de una sexualidad real, de una necesidad universal y nunca debe dañar la sensibilidad ni la integridad de nadie, y debe protegerse a aquellos que no deberían acceder a este contenido, ya sea tanto fuera como dentro de la pantalla.

¿Sabéis que seguramente esta entrada por contener la palabra “porno” obtendrá un mayor número de visitas de lo habitual?

miércoles, 13 de octubre de 2010

Capítulo 30: Política



Seguramente el tema/título de este artículo lo hará de todo menos apetecible para la gran mayoría.

Y es que oímos la palabra “política” e intentamos evitar escuchar o leer nada, pensamos que alguien va a venir a decirnos a quien tenemos que votar, que a su vez a él le han enseñado o inculcado a quien tiene que votar y por otro lado tampoco queremos dar nuestra opinión para que no nos tilden de que nuestras ideas pertenezcan a algún partido y crearnos así posibles enemigos.

El tema político a nivel mundial se lleva con un curioso mutis/pasotismo por parte de la población a pesar de que dependemos totalmente de él. En la era de la información, de la opinión libre, de los foros, las convenciones, etc. Casi nadie quiere opinar ni hablar de política.

Desde pequeños nos enseñaron que es mejor no opinar, porque lo único que se puede conseguir es ganarte algún detractor, una manera de posicionarte, de delatarte, como si estuviéramos en plena guerra y pudiésemos levantar sospechar sobre pertenecer a una u otra ideología y correr el riesgo de recibir un disparo. Y es que parece que a la mayoría le graban las ideas de un partido a fuego, como si sus padres, sus abuelos y ellos mismos estuvieran ligados y comprometidos de por vida, esto hace que la política se guíe por peligrosos sectarismos.

La mayoría conocemos al político, el personaje, nos cae bien o nos cae mal, pero apenas conocemos su programa electoral, sus ideas, que al fin y al cabo es lo que nos va a llevar por un camino o por otro, nos dejamos engatusar con acciones concretas, con frases hechas, con cuentos, con apariencias.
Con todos los medios a nuestro alcance, somos capaces de echarnos a la calle porque nuestro equipo favorito gana un título o hacernos fan de un grupo que alega una causa que apoyamos, pero sin más, sin más esfuerzo, con comodidad, en anonimato, pero no somos capaces de dar la cara para cosas que realmente valen la pena, cuando las cosas no funcionan, de movilizarnos ante ciertas decisiones políticas que supongan un ataque contra nuestra libertad, contra nuestra intimidad, contra nuestro trabajo, nuestra economía, nuestras leyes, etc. Lo vemos todo pasar, con desánimo e indiferencia, con la sensación de que no podemos hacer nada, y que todo podía ser peor.

Demasiada gente lo ha pasado mal y ha muerto para que ahora nosotros dejemos de ejercer los derechos que tanto ha costado conseguir, para incluso ir perdiéndolos poco a poco, sin darnos cuenta y actuar como auténticos pusilánimes. Porque la actitud más fácil es o bien quedarnos al margen, o renegar de lo establecido (antisistema), lo difícil queda en opinar, aportar algo y ejercer por medios legales nuestra posición.

En España, todo el mundo tiene que ser como Maradona, o blanco o negro, gris nunca, ni morado, ni verde, ni ningún otro color, la política la marca una preocupante bipolaridad, unos conceptos preestablecidos para cada polo, un estilo para cada uno, una apariencia, una herencia. Creo que va siendo hora de estudiar la palabra democracia, proponer y promover nuestra opinión, respetando la de los demás, para ejercer así nuestro derecho, exigiendo a la clase política la misma seriedad, responsabilidad, integridad, compromiso y saber hacer que exige llevar el rumbo y condicionar la vida de miles y millones de personas.

lunes, 4 de octubre de 2010

Capítulo 29: La muerte



Smash cut es el nombre de un recurso usado en cine y televisión, es ese fundido a color negro sin previo aviso, no es como esos finales que van atenuando la oscuridad hasta fundir con el negro (fade to black), en este caso es un negro total, de golpe, como si se hubiera estropeado el televisor, como si alguien hubiese tirado del cable.

En la película de el cuervo se decía “La infancia termina cuando sabes que vas a morir”, si ese es el caso, la mía terminó pronto, desde que tengo uso de razón siempre me ha inquietado el tema, aceptando el hecho de que algún día dejaré todo esto, por un lado te planteas cual es la mejor manera de actuar y de llevarlo hasta entonces, es difícil plantear esto sin caer en la típica espiral negativa de que más da todo si el final ya está claro. Aparte de este ejercicio filosófico, resulta otro ejercicio, este más bien de tono científico el pensar, el cómo será, si hay una luz blanca, si todo se vuelve negro, si vemos a los seres queridos, si alguna parte de nosotros queda viva, etc.

Resulta curioso que me planteé todo esto desde tan temprana edad, y no sé si por aquello que dicen de que lo que piensas toma parte de realidad de alguna manera, porque mi relación con la muerte ha sido más estrecha de lo que me gustaría. Por un lado, tratándose de mí mismo, se puede decir que la he esquivado dos veces de manera reseñable. La primera fue cuando estando en una casa de campo, una escopeta cayó al suelo por accidente y se disparó, hubo un silencio, la gente se miraba, se tocaba, yo miré hacia el monte pensando en que se trataba de algún tipo de cacería cercana, me di la vuelta y la gente gritaba hacia mí, me toqué la cara y las manos se me llenaron de sangre, pasaron unos minutos hasta que lo entendí todo, la bala había pasado rozando mi cara (hoy una pequeña cicatriz recuerda aquello), fue solo cuestión de centímetros. La segunda vez fue unos años después, había una fuerte tormenta, me dirigí hacia el baño, un baño en reformas, que tenía los enchufes sin terminar, estaba mirando al espejo cuando oí un fuerte chasquido y de pronto todo se puso de color blanco. Diez minutos después no oía apenas nada, notaba que me movían que me gritaban, empecé a vislumbrar formas a través del blanco, y el pitido del oído se iba disipando y me dejaba oír los gritos de forma ahogada, estaba en el suelo y me sangraba la nariz, al parecer un rayo había caído sobre la casa llevándose a su paso todo aparato eléctrico, recorrió la casa e hizo su salida por los enchufes del baño. Ese mismo día visité al médico y no encontraba razón médica posible para que mi corazón siguiese latiendo, pero seguía.

De manera más indirecta, he sido espectador de excepción (cruel honor) en el momento justo de la muerte de las dos personas más importantes, influyentes y más queridas de mi vida, el momento justo en que la vida expira, el paso de la vida a la muerte.

Todo esto no ha hecho otra cosa que mantener mi debate mental en cuanto al tema, y con el tiempo he ganado en incredulidad, es bonito creer en cosas, tener fe, pensar que todo ocurre por algo, el destino, que un hombre con barba vendrá a saludarnos o que nos espera un aren de mujeres, pero sinceramente, creo que todo este tema es tan aleatorio como parece, y teniendo en cuenta que es un hecho inevitable, creo que hay que juzgarlo teniendo en cuenta esas dos premisas, lo sé, es difícil, aceptar esto de inicio es difícil, es como jugar un partido sabiendo cual va a ser el resultado final, pero creo que tampoco podemos juzgar esto como un final de una historia, sino como un hecho inevitable y aislado, poniendo el principio, el desenlace y el final en la vida. No me gusta cuando la gente usa la muerte en cualquiera de sus vertientes como excusa para descuidarse en la vida, para no tener nada en cuenta, para dejar de darle importancia a cualquier otra cosa, no hay nada más importante que la propia vida, ni nada tiene tanto sentido como ella.

Podíamos tirarnos una vida entera debatiendo sobre que significa la muerte, qué sentido tiene, que sentimos, que nos pasa, que reacción tiene nuestro cerebro, nuestro cuerpo, que pasa con nuestra alma, pero todo es tan sencillo como….(smash cut)

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Capítulo 28: El placebo de la fama



Es alarmante el aumento de programas que buscan concursantes que crean tener algún tipo de talento, normalmente relacionado con la música o el baile, para que compitan entre sí con la promesa de que al final del programa podrán llegar a cosechar éxito y ser famosos.

Creo que este tipo de programas es el reflejo más fiel de la sociedad de hoy día, analicemos con detalle; Primeramente en todos ellos se buscan a chicos y chicas jóvenes y guapos, la importancia del físico, de la estética, la obsesión por la belleza, la juventud, la obsesión por ofrecer el mejor perfil, el estar siempre perfecto, aunque sea para entrenar/ensayar.

En segundo lugar, la competición, en todos ellos se compite descarnadamente por intentar auparse hasta el podio, en ese camino, enemistades, comentarios, malas artes, etc.

En tercer lugar, la depresión, la mayoría de estos jóvenes lo tienen todo, pero andan desmotivados, faltos de objetivos, sin confianza en nada ni en nadie, siquiera en ellos mismos, hace falta sacarlos de su estado continuo de baja autoestima y autocomplacencia. Miedo al fracaso, sentimientos a flor de piel, llantos a la mínima piedra en el camino.

En cuarto lugar, la sociedad, en la mayoría de estos shows televisivos los concursantes conviven durante su adiestramiento unos con otros, como si de un piso de estudiantes se tratase, en esta convivencia, surgen los roces, la lucha de egos, el ataque al compañero, la falsedad, la amistades enquistadas para hacer fuerza en contra de otro grupo o compañero, la mala educación, la falta de respeto.

En quinto lugar, el sexo, desde un primer momento, la tensión sexual entre los diferentes concursantes es evidente, fruto de la edad natural por un lado, pero aumentada por una sociedad vendida en torno al sexo. Los movimientos, la mayoría de comentarios, las miradas, todo gira en torno a la provocación sexual, al rito del apareamiento.

En sexto lugar, el éxito, todo quieren la fama por encima de todo, sentirse como las estrellas de cine que adoran, como el artista musical que admiran, la salida a una vida mediocre, a un trabajo normal, una realidad normal, la cual carece de interés para ellos, la sensación de ser un vip, de ser adorado.
En séptimo lugar, la vagancia, fruto de la depresión durmiente permanente resultan vagos a la hora de trabajar lo poco que se le exige, prefieren ser mediáticos y usar siempre la vía más rápida posible hacia cualquier meta. La vagancia diaria, el dormir hasta altas horas, el pasotismo en sus frases, en sus actos.
En octavo lugar, el dinero, mitifican la vida de aquellos que amasan grandes cantidades de dinero, el dinero como vía hacia la felicidad y la aceptación social, la vida sin medidas, sin ahorro, con grandes lujos que lucir, que enseñar, la comodidad de la vida adinerada, seguir perpetrando su percepción errónea en cuanto al valor real del dinero.

En noveno lugar, el sueño, si se rompe, la desgracia es máxima, la caída al abismo, las lágrimas, el desgarro, la desilusión, la vida normal se confirma como el fracaso del sueño, de alguna manera se le da sentido. Si se cumple, la pérdida del origen, la verdadera realidad del asunto, el trabajo diario, la fugacidad.

En décimo lugar, la cita, "La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos, muy, muy cabreados." (El club de la lucha de Chuck Palahniuk).

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Capítulo 27: Religión



La religión es un sistema humano compuesto por un conjunto de creencias y prácticas asociadas a algún ente divino o sagrado. En torno a esa figura o figuras consideradas de origen divino, se obtiene unas leyes, unas prácticas y unas pautas dictadas a seguir.

Las religiones existen de muy diferente índole y origen. En teoría todas parten de una base espiritual, con carácter orientativo para el hombre de a pie, y siempre con las mejores intenciones.

No existe nada más poderoso que la fe, desde siempre el hombre ha demostrado que es capaz de cualquier cosa, siempre y cuando esté moralmente preparado y plenamente motivado.

La mayoría de religiones tienen una serie de estamentos que marcan aquello que todo aquel que se considere fiel a la misma debe cumplir, como una especie de leyes, de obligaciones, de pautas a seguir. Todo está orientado a honrar y agradar a ese ente divino, con vistas a ganarte su trato favorable tanto en vida, como para una vez estés muerto.

Desde un punto de vista teórico, las religiones pueden servir para mantener una estabilidad moral/espiritual que puede ser muy beneficiosa, más si tenemos en cuenta, que el ser humano por naturaleza necesita creer en algo. Pero a lo largo de la historia, se ha demostrado que la práctica es bien distinta. Por un lado, y como siempre pasa con cualquier texto/historia muchas cosas se han malinterpretado, otras se han aplicado de manera literal cuando esa no era la intención original, y otras se han llevado al extremo. Todo esto ha llevado a que la religión cuente en su haber como la causa que ha llevado directa o indirectamente a millones de personas a la muerte, en la mayoría de los casos de forma violenta, igualmente ha sido una de las principales causas detonantes de guerras y enfrentamientos.

Por otro lado, y también a lo largo de la historia, las diferentes doctrinas han traspasado el plano espiritual para contar en su haber con un gran patrimonio material (aun estando en contra de los propios estamentos de las mismas), así como participación activa (especialmente en algunos puntos de la historia) en el ámbito político, influyendo poderosamente en el rumbo de los diferentes países.

Quiero dejar claro que respeto a todas las religiones, creo que es bastante lícita su existencia, así como que cada persona es libre de creer en aquello que le sirva para alimentar su fe. Este texto no entra a cuestionar la existencia de entes divinos o sagrados, de un Dios, de si realmente estos nos vigilan y de si todo tiene una correlación entorno a estas figuras. Este texto es para cuestionarnos a nosotros mismos, de si no hemos malogrado a la hora de entender y aplicar lo que se cuenta en los textos, cuestionar si hemos usado la fe de cada uno contra nosotros mismos, de si el mensaje no se ha desfigurado entre los diferentes interlocutores, hasta incluso usarse en muchas ocasiones egoístamente como herramienta de algunos para beneficio o fines personales.

Por todo esto, considero que por encima de cualquier creencia debe de estar el respeto, primeramente entre nosotros mismos y luego hacia cualquier cosa, ser capaces de convivir todos juntos, independientemente de a quién o a qué rece cada uno, porque si no somos capaces de conseguir esto, no seremos dignos de ningún Dios, ni tan siquiera de estar sobre la faz de la tierra.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Capítulo 26: Violencia de género



Las relaciones de pareja se pueden mirar a través de muchas ópticas. Una de estas es a través de violencia de género.

Y aunque nos podríamos centrar en escalofriantes/morbosas cifras y datos (una media de al menos setenta mujeres mueren al año solo en España por esta causa), lo que me parece realmente preocupante es el análisis que deja todo esto. Por un lado, no solo están las victimas mortales, sino que estas, solo representan el pico de un iceberg, un enorme iceberg que se mantiene bajo el agua, el iceberg del maltrato, existen un grandísimo número de casos de maltrato que no salen a la luz, que se sufren día a día, en silencio.

Es alarmante el número de hombres que usan la violencia como justificante, como vía, la muerte de la palabra, el desuso del razonamiento, el retorno del simio.

En la mayoría de casos se trata de un problema educativo, es decir, el hombre trata predeterminadamente de manera violenta a la mujer, puede utilizar la violencia como sistema auto regenerador de su moral, una forma patética de sentirse importante, dominador, poderoso, el gran dictador de su minúsculo universo.

Existe otra vertiente creadora de este comportamiento que proviene de la inseguridad, los celos y el sentimiento de posesión. El hombre entiende a la mujer como algo de su posesión y no acepta en ningún momento el que esta no acepte sus comportamientos, que esta deje de amarlo o de querer estar con él, que termine la relación con él o que esta mantenga una relación con otra persona. Su baja autoestima, o su propia inseguridad personal disfrazada de celos, activan su violencia injustificada más primitiva.

Pero lo importante no son las razones, los importantes son los hechos, porque no se debe permitir ni tolerar en un mundo civilizado(teóricamente avanzado), que alguien sea maltratado (física o psicológicamente) por algún otro, porque supone la victoria del simio sobre el hombre.

Para romper definitivamente con estas situaciones, hacen falta principalmente dos cosas: la primera es que las mujeres que lo sufren, escapen de estas situaciones, y denuncien si es necesario, porque no es perdonable un desliz con la violencia, porque existen muchas personas en el mundo por conocer. La segunda cosa importante es que la justicia provea de las suficientes coberturas para que el denunciar suponga realmente un cese de estas detestables situaciones, porque como todos sabemos y al menos hasta hoy, la denuncia no ha supuesto en la mayoría de casos, solución al problema.

Pero la razón principal para que esto termine siempre será solo una. No permitir a nadie, que tenga este tipo de comportamientos, excluir al maltratador, señalarlo con el dedo a ojos de la sociedad, enseñarles que solo aceptamos hombres, caballeros y no simios cobardes.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Capítulo 25: África



Para cualquier ciudadano de un país “desarrollado” (el entrecomillado es ironía pura), el continente africano es una especie de limbo, donde viven otros humanos olvidados, a los que siempre podemos acudir para limpiar nuestra conciencia o usarlo como ejemplo extremo de muchos conceptos, como la diferencia en la calidad de vida, la pobreza, el hambre, la malnutrición, la enfermedad, etc. Tenemos la imagen grabada a fuego, de esos niños rodeados de tierra y chabolas, que miran ensimismados, semidesnudos, con una aureola de moscas. Siempre los usamos como ejemplo, y desde pequeños aprendemos a que hay una “gran promesa” por ayudarlos de alguna manera.

Pero como con la mayoría de estos temas, las imágenes, las historias que les rodean y los datos han llegado a formar parte de nuestras vidas, creándonos una sensación de familiaridad y eso nos ha hecho perder la conciencia, o difuminar la importancia de los graves problemas que les atañen a los africanos.
Hace poco leí en un periódico una entrevista a un activista que ha estado muchos años en África y me resultó curioso que hace mucho hincapié en que la mejor manera de ayudar a este continente era no aportando comida, ni dinero. La explicación es bien sencilla, el dar comida o dinero no hace otra cosa que atajar el problema día a día, con un esfuerzo titánico por parte de la comunidad exterior, por tanto es dependiente de la voluntad de gente ajena al continente y por otro lado, da pie a una serie de comportamientos fraudulentos por parte de los intermediaros de hacer llegar esta ayuda a esta gente (si es que finalmente llega). Está claro que el modelo no es sostenible, y que no les soluciona el problema a la población africana, sino que solamente lo aplaza y lo perpetúa en el tiempo.

Por tanto, ¿Cuál es entonces la solución para que este continente empiece a salir adelante?,  crearles unos sistemas que le permitan ganarse la vida por ellos mismos sería un buen comienzo, ya sea enseñándoles a cultivar, a fabricar diferentes productos, ayudándoles así a mantener un sistema que consiga su autosuficiencia. Eso acabará con el problema. Otras medidas podrían ayudarles, como por ejemplo y como planteaba el entrevistado, bajando los precios de exportación y venta de los productos africanos para que sean competitivos en el mercado y de esta manera, adentrarlos en el mercado internacional en pos del resurgir de su economía y de su sostenibilidad.

Pero parece que todo esto no interesa, por un lado porque a nivel moral, es más valido mantener el limbo de pobreza, para tener a donde mirar en caso de que a nosotros nos vayan las cosas mal, para compadecernos, dejarlo como pulmón del resto del mundo urbanizado y por otro lado porque existen intereses económicos muy importantes, tanto con el caso de “malversación” de la ayuda internacional, como laboratorio humano para las farmacéuticas, como empresas que encuentran mano de obra barata y un largo etc.

Hay una cosa que me llama mucho la atención, en el continente, a nivel político y sobre todo en las zonas más pobres (la mayoría), existen dictaduras muy severas (la mayoría disfrazadas de democracia), que prácticamente responden a las apetencias de un gobernador corrupto (léase grupo armado y organizado), también existe falta de gobierno, de leyes, etc.. Con todo esto, me pregunto, ¿por qué nadie se preocupa de que estos países tengan un gobierno democrático que respete los derechos humanos como se ha hecho (intentado) con otros países?, la respuesta como estáis imaginando es sencilla, porque no han encontrado grandes cantidades de petróleo u otros intereses económicos importantes que explotar, miento, sí que existen algunos, como por ejemplo, los diamantes, pero esos ya se lo están quitando sin necesidad de empezar una “guerra contra el terror”.

jueves, 19 de agosto de 2010

Capítulo 24: El verdadero precio



Hay una anécdota curiosa sobre mi nacimiento. Mi madre no supo cuál era mi sexo hasta el mismo día que nací, algo que no resultó ser muy buena idea, ya que tenía dos hijos varones por entonces, y su ilusión era tener una niña. Cuando me dio a luz, se quedó algo descontenta con que yo fuera otro varón más. Al parecer este sentimiento irónico le hizo a alguien confundirse y una pareja muy adinerada y sin hijos se interesó por mí con la intención de adoptarme. Mi abuela y segunda madre, actuó rápidamente y zanjo el tema con una sola frase: “Aunque tuviéramos cien, no daríamos a ninguno”.

Algunas veces he bromeado con este tema, con la posibilidad de haberme criado en una casa diferente con un nivel de vida muy diferente. Por suerte para mí, me crié en mi verdadera familia, una familia humilde y honrada. Para que os hagáis una idea, durante mi estancia en mi casa familiar, nunca he ido de vacaciones, los únicos restaurantes que he pisado han sido para una boda, bautizo o acontecimiento similar, hemos ido rotando la ropa entre hermanos e incluso hemos colaborado trabajando cuando incluso estábamos en el instituto para ayudar a la economía familiar.

Todo este esfuerzo no ha sido en vano, me ha servido de mucho, para tener siempre presente el precio de las cosas, el trabajo que cuesta ganar el dinero y lo poco que cuesta gastarlo. El conjunto de circunstancias, hacen que te vuelvas algo conservador con el dinero (que no avaro) y que cualquier gasto elevado te haga sentir mal aunque dispongas del dinero para realizarlo. Una extraña paradoja.
Pasé de vivir de un pueblo pequeño a una gran ciudad, y en este aspecto, el problema se agrava, porque si además de tener estas sensaciones intrínsecamente en tu cabeza, los precios de todo son mucho más elevados que los de tu origen, te hacen sentirte un derrochador hagas lo que hagas.

Por suerte, conocí a una persona que me ha ayudado mucho, a la que admiro profundamente y a la que quiero. Esta persona vivió una situación bastante similar a la mía en el pasado, eran otros tiempos, pero eran las mismas sensaciones. Me dio una lección sobre el precio de las cosas, su razonamiento era simple: Si compras una camisa barata, pero no te la pones nunca, la camisa acaba resultando cara. Por otro lado si compras unos pantalones caros pero que usas cada día, y el precio va a la zaga de su calidad, por lo que te duran más tiempo, esos pantalones resultan ser baratos. Otra forma de verlo, si compras algo que te gusta mucho, que te aporta felicidad y que realmente vas a usar sea lo que sea, siempre merecerá la pena, independientemente de lo que sea y lo que valga.

Comer con gente que quieres en un sitio bonito y céntrico es caro, pero la experiencia es impagable. Igualmente que un vuelo es más caro si se hace en una buena compañía en vuelo directo, es a priori más barato si se coge con escalas, desde aeropuertos secundarios. Pero nadie cuenta las incomodidades y gastos extras que eso reporta, son algunos ejemplos palpables de toda esa mentalidad.

No se trata de comprar lo más barato, ni lo más caro, sino de comprar lo mejor para ti, lo que mejor te sienta. Porque no todo se puede medir con el rasero de las cifras.

lunes, 9 de agosto de 2010

Capítulo 23: De uso común




Cada vez estoy más convencido que la cualidad que más nos puede diferenciar de cualquier otra especie y la que puede marcar la diferencia a la hora de evolucionar como sociedad y como individuos es sin duda la educación.

La educación es en un concepto que abarca muchos otros, y está intrínsecamente relacionada con el respeto, el respeto hacia los demás, la base de la convivencia y del concepto de sociedad.

Hay una pauta de comportamiento que me llama mucho la atención que aunque a lo mejor pasamos desapercibida, es más importante de lo que puede parecer. La situación es la siguiente, estás en un establecimiento o lugar público y todo aquello que es de uso común se encuentra en estado lamentable, llegados a este punto podríamos pensar que esto es debido a que tiene un uso continuado por parte de una gran cantidad de gente, pero no, esta no es la razón principal, si no la causa, porque no sé qué ocurre, que cuando usamos algo de uso compartido sea lo que sea lo maltratamos con saña, porque por un lado no nos importa el deterioro que esto pueda tener y por otro lado porque nos importa bien poco la persona que venga detrás a usarlo.

Sí, es cierto, mira que molesta, llegamos a un lavabo público  y está hecho un asco, y no, no es que todas las personas que lo han usado lo usan así de mal en sus casas (al menos la mayoría), es que no siendo suyo y siendo de uso compartido lo van a usar como si de auténticos cerdos de piara se tratasen. Nos enfadamos, nos asqueamos e incluso despotricamos cuando hemos salido, pero una vez estamos dentro, nos aparece esa vena egoísta y mantenemos la pauta.

Pero no solo lavabos, mobiliario urbano, transportes públicos, playas, bosques, cualquier “ejemplar de prueba” y un larguísimo etcétera forman parte de la lista de servicios y lugares públicos que sufren este maltrato egoísta. Hacemos una cola para usar algo compartido, nos quejamos de lo que tardan los demás y como lo dejan los demás, ¿y qué hacemos nosotros?, exactamente lo mismo, como venganza, una venganza que alimenta la cadena de egoísmo. La falta de civismo, el eslabón que hace que se rompa la cadena de la sociedad.

Estos comportamientos truncan la confianza tanto de las instituciones como de las compañías, empresas, etc. que ponen algo a la disposición de todos para nuestro disfrute, comodidad o accesibilidad, así como crean una espiral de egoísmo del que nunca podremos escapar si no estamos dispuestos a sobreponernos a nuestro propio ego e intentar tratar la cosas tal como si de propias se tratasen, porque si no podemos tratar bien las cosas que compartimos, tampoco seremos capaces de tratarnos bien entre nosotros mismos.

Es el principio de la educación, la base del respeto, los grandes pilares de la sociedad.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Capítulo 22: La manzana envenenada



De inicio quiero dejar claro, que todo lo que contiene este artículo no hace referencia a ninguna marca ni producto concreto, cualquier asociación será una apreciación subjetiva del propio lector.

Cada vez es más habitual que se repita el ritual, aparece un Gadget nuevo (Un gadget es un dispositivo que tiene un propósito y una función específica, generalmente de pequeñas proporciones, práctico y a la vez novedoso.) y podemos ver las largas colas de gente (a veces incluso esperando largas horas o pernoctando, me pregunto si harían lo mismo para, por ejemplo, conseguir un trabajo) ansiosa de adquirir este nuevo producto a cualquier precio, una carrera hacia la posesión de la novedad, del último modelo, una manera de estar a última, de tener algo que enseñar, algo que contar. 

Las compañías a través de su marketing nos crean la sensación de necesidad de su producto, la obligatoriedad de su compra y para ello, todo vale, exagerar las características con frases que se graben en la mente, porque cualquiera sabe que unas características listadas no van a seducir a nadie, explicación de características existentes como nuevas, acercando de alguna manera a los usuario menos expertos las tecnología que aunque hasta ahora ya se aplicaba, ellos desconocían.

Pero aquí el factor importante no reside en ese marketing, porque entre otras cosas es una consecuencia natural de una empresa que tiene un negocio que consiste en vender un producto, el problema, al menos desde mi punto de vista está en lo social. Porque vale, todos somos caprichosos en mayor o menor medida (el grado depende de aparte de la personalidad, el entorno social y de la educación recibida principalmente), pero también debemos de ser honestos con nosotros mismos, y preguntarnos si realmente nos lanzamos cuales hordas de zombis hacia la nueva carne fresca, sin pensar realmente si por un lado nos hace falta y por otro si no estamos exagerando nuestras necesidades para justificar  la compra.

Los gadgets se prestan perfectamente a estas prácticas mercantiles, ya que son productos fácilmente rediseñables y mejorables a cuentagotas (las empresas van aplicando las tecnologías a sus productos con un ritmo lento y tardío para mantener el modelo de marketing) y nosotros por supuesto respondemos a sus expectativas, incluso superándolas en la mayoría de los casos.

Estas prácticas y nuestra respuesta consumista, hacen dar un poder infinito a ciertas compañías, que usan (como no) en su beneficio, creando encubiertamente monopolios con ciertos productos, porque no siempre vende lo que es mejor, si no lo que se publicita mejor. Marketing y consumismo, gasolina y fuego.

La situación ideal para nuestra economía, desarrollo y para frenar estas prácticas reside en nuestro poder como consumidores, y no el responder cual robot programado a las campañas de publicidad. 

Imagina que un día decides montar una empresa sobre algún producto. Imagina que todo empieza en un garaje, empeñando todo lo que tienes para poder empezar, que te limitas a un producto en concreto, básico, pero bien acabado, te desligas de la ideología clásica de las grandes empresas, te desmarcas de ellas, tu eres un líder de compañía atípico, con pintas de andar por casa, con mentalidad abierta. Los millones empiezan a engordar tu cuenta corriente y de pronto y seguramente casi sin quererlo te conviertes en aquello que siempre criticaste, hasta el punto de querer imponer encubiertamente tu propio monopolio, como decía la mítica frase, “no es nada personal, son solo negocios”.

viernes, 30 de julio de 2010

Capítulo 21: Eva



Desde tiempos inmemoriales la mujer históricamente siempre ha tenido un papel secundario en la sociedad, en todos sus aspectos, siempre a la sombra que quería darle el hombre. El hombre siempre ha conducido las leyes, la religión y la sociedad hacía el enaltecimiento de su figura varonil, despreciando en todo momento el valor de la mujer.

A día de hoy, la mujer, en el escenario del mundo occidental, dispone de trato de igualdad con el hombre (a grandes rasgos), no así como en otros lugares donde se aplica ciertas leyes, como la ley mosaica, que entre otras perlas expone que la opinión de una mujer puede ser rechazada por su padre o por su marido, no tienen permitido enseñar o tener autoridad sobre los hombres por poner varios ejemplos.

Pero aunque a día de hoy la mujer ha mejorado mucho su posición en la sociedad, que dicho sea de paso, se lo han ganado a pulso (la estadística dice que hoy hay mayor número de mujeres estudiantes que hombres y además con mejores notas), aún siguen encontrándose escalones en su paso por la evolución. Entre otras cosas, y hablamos ya en el marco occidental, las mujeres cobran menos salario por realizar el mismo trabajo que un hombre, la desigualdad que ha existido históricamente hace que normalmente tenga que demostrar mucho más para una misma actividad que un hombre para demostrar que están a la altura, porque ciertos machos creyentes de ser líderes de la manada, dudan mucho de sus capacidades, entre otras cosas porque sienten miedo al ver claramente como en la mayoría del casos son más organizadas y más capaces que ellos.

Demostrando que disponen de capacidad de sobra para ser autosuficientes en todos los aspectos, no me gusta ver ejemplos de ataduras machistas, por ejemplo en cuanto a aspecto, porque está muy bien que se lleve un escote, una minifalda y si hace falta unos pechos operados porque una se quiere sentir más guapa, pero no porque así lo marca el canon machista, para representar la imagen idealizada de objeto sexual que ellos tienen en la cabeza, y alguien se preguntará que a mí pensando egoístamente me alegran la vista, y sí, me alegran la vista, pero me parten el corazón, porque además, lo peor de todo, es que lo hacen de manera inconsciente, algo más grave si cabe, ya que de alguna manera están asumiendo ese rol que les viene heredado de épocas peores de las cuales deben desligarse.

Su mayor sensibilidad les hace a veces enredarse en sus relaciones y la mayoría de veces salir malparadas, es ahí donde deben usar su también mayor astucia y no dejar tan siquiera por un segundo de recibir todo lo que merecen.

Desde siempre he tenido un especial entendimiento con ellas, quizá sea porque he sido criado por ellas y crecido entre hombres, ellas me han aportado la mayoría de cosas importantes que hoy sé, que siento y que soy. Una de ellas me trajo aquí, otras me han ido aportando cosas a lo largo de los años y otras hacen y harán que persiga una meta, ellas son el principio y el final de todo. Ellas son el futuro.

jueves, 24 de junio de 2010

Capítulo 20: Memoria histórica



Una de las grandes diferencias entre los perros y las personas no es otra que la percepción del tiempo. Los perros no disciernen entre pasado o futuro, no piensan en lo que pasó ayer o en lo que pasará mañana, solamente viven el presente. Los humanos por el contrario, siempre andamos marcados por nuestro pasado y condicionados por lo que queremos que sea nuestro futuro. Esto nos hace vivir un presente acotado, marcado por lo que pasó o lo que pasará.

Sabemos que somos el resultado de un gran número de hechos históricos, somos los representantes de la nueva era. Responsables del rumbo que toma la evolución. Es una suerte que podamos contar con las vivencias y las experiencias que otra gente ha tenido antes que nosotros, de manera individual, aprendemos de nuestros padres, profesores, tíos, abuelos y de cualquier persona que se cruza en nuestra vida desde que nacemos y que nos aporta alguna enseñanza, transmitida en la mayoría de casos a través de sus propias experiencias personales. Una especie de traspaso de experiencia, nuestro regalo como seres capaces de retener hechos temporales.

Llegados a este punto, nuestra felicidad sería completa si fuéramos seres que sobreviven y viven solos, pero no, vivimos en comunidad, en sociedad. Por esto, tenemos un sistema de leyes, un sistema económico, una red industrial, una labor que desempeñar, una estructura piramidal, un conjunto de sistemas entrelazados entre sí que intentan organizar los recursos y las personas del mundo de la manera más eficiente posible.

Para estos sistemas sociales, económicos, ideológicos y estructurales tenemos algo para saber si son factibles o no; La historia. Es nuestro listado de errores y éxitos, porque solo hace falta echar un vistazo atrás para darse cuenta de que no ha funcionado, cosas que no podemos pretender hacer funcionar ahora, porque la historia es nuestra vía para no tropezar dos veces en una misma piedra.
Tenemos que entender que muchos años y mucha gente antes que nosotros ya pensó la mayoría de cosas que se nos puedan ocurrir, que ya se probó órdenes sociales concretos que fracasaron estrepitosamente, igualmente con ideologías, sistemas económicos, etc.

El problema es que al menos a nivel de sociedad e ideológicamente parece que sufrimos una especie de alzhéimer donde apenas nos acordamos de los años en que nosotros hemos estado en este mundo o como mucho algunas décadas anteriores. No sé qué sentido tiene ser humano y tener una mente más desarrollada con noción del tiempo incluida para luego no sacar partido de esto, porque en materia de sociedad, de economía, de ideología, de educación, y un largo etc., contamos con sistemas con falta de sostenibilidad y eficacia, porque entre otras cosas no hemos sabido leer entre líneas de toda la historia que tenemos documentada, de los errores que ya cometieron nuestros ancestros en el pasado.

A nivel puramente ideológico hay más de uno que por los símbolos que porta o defiende, así como sus propias ideas de vida, debería también revisar la historia, para comprobar lo que realmente significa y darse cuenta que su existencia se basa en unas ideas caducadas, no por el tiempo, si no por su significado y eficacia.