martes, 9 de noviembre de 2010

Capítulo 32: Justicia



En las dos primeras acepciones de la palabra justicia, se expone lo siguiente:

1. f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.

2. f. Derecho, razón, equidad

En un mundo multicultural como el que vivimos, la justicia se intenta aplicar a través de leyes, normas, reglas. Por tanto, en todo país existe un código que dicta las leyes y derechos de cada ciudadano residente en un lugar concreto, el desconocimiento de estas normas no exime de su cumplimiento, por lo tanto, es de suma importancia que todo ciudadano conozca aquellas que les atañen, así como elegir y votar adecuadamente para que los gobernantes y los diferentes estamentos encargados de crear y modificar estas, sean lo más diligentes posible para que mantengan igualdad y orden, sin poner en peligro la libertad y el bienestar de los ciudadanos.

En muchas encuestas realizadas en torno a los diferentes sistemas judiciales, así como leyes y sensación general de justicia, los resultados arrojados son de desconfianza hacia todo el entramado legal por parte de la sociedad, dando a entender que en la mayoría de los casos no se aplica la justicia ni de la manera ni en la medida que se espera.

¿Qué factores hacen que exista esta desconfianza?, analizando un poco el asunto, una de las primeras razones, puede ser el desconocimiento por parte del ciudadano de todas las leyes que le afectan, así como del funcionamiento de un proceso judicial, plazos, penas y las entidades necesarias en cada caso, por el contrario la sociedad en general, cree conocer la mayor parte de sus derechos y abusan en muchos casos a la hora de hacer un uso responsable de estos.

Pero este desconocimiento general no es solo la causa de que la sensación de justicia sea una idea utópica entre la población, la prosa legal en su mayoría resulta indescifrable, con grandes cantidades de textos, sin dejar claro el propósito para el que fueron escritos. Muchos de estos textos resultan ambiguos, otros se contradicen entre sí, y muchos dejan lagunas legales para términos muy concretos.

La maquinaria judicial funciona con demasiada lentitud, existe una gran cantidad de burocracia intermedia entre que aparece un problema y se dicta una sentencia, la solución en enmaraña, y las réplicas siguen alargando el proceso, no se suele aplicar el sentido común en casos que así lo precisan, por otro lado la no informatización de la mayoría de trámites así como bases de datos, hacen que el funcionamiento de notificaciones y burocracia a la antigua usanza prolongue el letargo.

En España, el sistema penal está orientado hacia la reinserción, en ved de hacia el castigo, se confía en que siempre la persona puede cambiar radicalmente (algo que ha venido demostrándose en muchísimos casos (especialmente en los más graves) que casi nunca es así, y entonces surgen los delitos reincidentes disipando cualquier atisbo de justicia), la sensación que queda es que sale demasiado barato delinquir e infringir leyes, el riesgo en la mayoría de casos suele compensar a las penas que se suelen imponer al final de un largo proceso judicial.

En España, como máximo nadie puede permanecer más de treinta años en la cárcel, aunque siempre es difícil llegar a esta cifra, ya que el responsable abogado defensor, agotará todas las maniobras legales para bajar la pena, moralidad aparte por supuesto, e incluso en la propia cárcel el condenado podrá reducir pena mediante ciertos criterios dentro de la prisión.

En muchos casos, la pena queda reducida a una fianza económica, resulta irónico que un delito se borre con dinero, máxime cuando este se ha producido por robar dinero. Me pregunto el por qué no existe una pauta para que la gente con ciertas penas no realicen una serie de trabajos que reviertan a la sociedad, a la misma sociedad a la que un día, engañaron, violaron, estafaron, etc. Sería una manera de hacer menos apetecible el delito, aparte de una manera coherente de que el condenado compense a la sociedad...y justicia para todos.

Al final te queda la sensación de aquello que dicen de que la ley sólo es injusta para los que la cumplen.

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