viernes, 14 de enero de 2011

Capítulo 37: Obsolescencia programada



Se denomina obsolescencia programada a la planificación de la vida útil principalmente de productos de consumo, de manera que queden inservibles u obsoletos, tras un periodo de tiempo previamente calculado por las compañías.

En la década de los años veinte, con el crecimiento de la producción masiva gracias a la industrialización, las compañías vieron que no resultaba rentable vender productos duraderos ya que las ventas, como la producción, no podían mantener un ritmo continuo. Varios episodios después (la mayoría a día de hoy documentados) dieron pie a sopesar la posibilidad de crear productos de inferior calidad con la idea de que estos tuvieran una vida útil menor y por tanto el usuario se viera obligado a repararlo o preferiblemente para ellos, comprar uno nuevo, ya sea exactamente igual, o la nueva versión del producto que hubiese por entonces en el mercado. 

Este modelo creó una economía dinámica, y un mercado en constante crecimiento, donde siempre hay necesidad de la continua producción de los productos ya existentes y de creación de nuevos que supongan un incentivo más para el usuario de comprar un producto que ya posee, para una necesidad que no tiene.

Estas prácticas han hecho que el individuo no se pregunte sus necesidades, sino más bien simplemente satisfaga sus caprichos más innecesarios.

Aunque la mayoría de personas intuyen estas prácticas no hay una queja mayoritaria, aceptamos esta corta vida de nuestras adquisiciones como algo natural y lo aceptamos sin mayor problema.

Pero toda esta inercia que nos muestra una falsa economía creciente, hará que tarde o temprano caigamos en una brecha, y es que ya no es solo que ecológicamente resulte inviable este modelo, ya que desechamos toneladas de material así como consumimos demasiadas materias primas del planeta, un ritmo ecológicamente insostenible, de hecho para empeorar aún más el asunto, los residuos se envían a países pobres que siquiera tienen maquinaria para reciclarlos, ya que el reciclaje resulta demasiado caro para las compañías que ganan millones de dólares produciendo, además, el modelo económico fruto de estas prácticas, con la ayuda de los créditos, hace que, de alguna manera, persigamos continuamente unas metas sin valor, que nos creemos necesidades virtuales y que dediquemos todo nuestro esfuerzo a conseguir bienes perecederos que realmente no necesitamos.

Todo esto orquestado por todos aquellos empresarios sin escrúpulos (con el beneplácito de los gobiernos por supuesto), avariciosos que no entienden que el fin será para todos, egoístas que no entienden que el mundo económicamente es como un conjunto de bañeras, con un agua en común, si llenamos una bañera más, otra quedará vacía, la lucha de los gobiernos tendría que ser intentar igualar estas bañeras para que tengan la misma agua, no fomentar la desigualdad y los intereses personales, el problema es que ellos mismos, egoístas y avariciosos igualmente miran por su futuro y su cartera sin importarle nada más.

martes, 11 de enero de 2011

Capítulo 36: El sueño americano



América era un territorio libre donde vivían indígenas autóctonos, un buen día los europeos la descubrieron y tomaron la tierra, trayendo enfermedades, muerte, guerras y esclavitud.

América se convirtió en una tierra enorme virgen llena de bienes, donde los europeos encontraron una oportunidad de obtener riqueza y tierras, las emigración se hizo en masa, tanto es así que a día de hoy la población indígena originaria está prácticamente desaparecida, y América es una mezcla de culturas, que han evolucionado independientemente.

A principios de los años treinta empezó a acuñarse la expresión: “el sueño estadounidense”, el eslogan se usaba para atraer emigrantes a la nueva tierra, con la promesa de riquezas, donde la prosperidad de cada uno depende únicamente de su trabajo y donde no existen restricciones por razones de raza, sexo o religión, algo así como el edén para el ciudadano honrado.

Más tarde esto se transformaría en la expresión “la búsqueda del sueño americano”, como conseguir todo a través de tu trabajo empezando de la nada, la tierra de las libertades, la tierra de la prosperidad, la tierra de moda, la tierra de la tolerancia, la tierra del futuro.

Pero también es tierra de cine, y es a través de este, y la implantación del mismo en todas las salas del mundo al igual que en los hogares el que nos ha mostrado la cara más romántica de la idea, esas historias que nos hacen soñar a todos, con esa persona que se crea a sí misma, donde todo al final sale bien y la bandera ondea en primer plano. Esta publicidad subliminal constante a través del cine, así como otros medios y productos, hace que mitifiquemos todo lo relacionado con este país y creamos en la sociedad ideal que nos proyectan.

Pero en la práctica todas estas ideas no dejan de ser un sueño que no llega a mayores, por supuesto encontrarán varias historias que encajen en esta definición, pero no es la realidad de la mayoría, para la mayoría resulta una complicada selva, en la que es difícil hacerse un hueco, donde se ha deshumanizado casi todos los aspectos que les rodean, y donde a través de la tecnología y otros inventos no paran de alimentar esta deshumanización, un estado donde está al alcance de cualquiera comprar un arma, pero no se dispone de un sistema sanitario al alcance de todos, donde existe la pena de muerte en muchos de sus estados, donde la convivencia entre razas y religiones da pie a la formación de guetos y diferentes episodios violentos que no hacen otra cosa que fracturar la sociedad y separar aún más a unos y otros, inyectando el odio entre los jóvenes, un lugar donde la mayoría de ciudadanos desconoce geográficamente e históricamente todo lo que esté fuera de su país, e incluso muchos de su propio país, un lugar donde la dieta se basa en ingentes cantidades de grasa y azúcares, un lugar donde no está legalizada la libertad sexual, un lugar donde el ejército resulta un apartado clave, y la guerra una manera de obtener aquello que desean, y así hasta una gran lista de cosas que lo alejan de aquellas ideas románticas con las que se suele vender y venerar.

Pero no me malinterpretéis, creo que América tiene mucho que decir y aportar al mundo, pero de ahí a tenerla como una especie de tierra prometida…, es algo exagerado que solo algunos tipos con suerte de ese país pueden intentar hacernos creer, el sueño americano, está lejos de ser una promesa real en su propia tierra, la misma que debe trabajar mucho para conseguir ofrecer realmente esa imagen y ese sueño que muchos persiguen en vano.