martes, 16 de noviembre de 2010

Capítulo 33: La inmortalidad



Ha sido siempre el sueño húmedo del ego humano, el argumento de muchas historias, uno de los tres deseos que pediríamos al genio de la lámpara, permanecer aquí por siempre, no temer por la muerte, por el deterioro, por la vejez, por la enfermedad, un infinito caminar saciando necesidades básicas.

La ciencia invierte casi todos sus esfuerzos en este sentido, en alargar la estancia de cada uno de nosotros, conseguir unas células como las cancerígenas, capaces de aguantar cualquier adversidad, indestructibles, procreadoras, regeneradoras, me pregunto qué sentido tiene permanecer aquí más tiempo del necesario, contemplando más allá de tu ciclo vital.

Una vez leí que cada generación quiere ser la última, desechando todo lo anterior y todo lo posterior, los logros, valores y acciones de tu generación como los únicos válidos, solo estos tienen sentido, una manera de erradicar cualquier cosa que ponga en peligro las columnas de tus valores, de las cosas que los impulsaron, la reivindicación de una estirpe.

¿Acaso no tenemos suficiente tiempo para expresarnos y para hacer todo aquello que deseamos en lo que dura nuestra vida?, la inmortalidad solo supondría un adormecimiento de nuestras pasiones, dejaríamos todo para mañana, alargaríamos todo hasta el infinito, un letargo eterno, no nos engañemos, nadie tendría prisa para nada, solo queremos tranquilidad, para descansar, para vaguear, para no esforzarnos, el cultivo de la comodidad intelectual.

Hay una variante para todo esto, otro sobrenombre con el que se conoce todo este sueño y que describe de manera más detallada el verdadero ardiente deseo del humano, “juventud eterna”, queremos la vida eterna, pero no si no está ligado a una juventud o a una buena apariencia, un aspecto estupendo, la adolescencia eterna, el otro deseo escondido, mantenernos guapos y aceptados socialmente por todos los demás, hablar más con nuestro cuerpo que con nuestro cerebro.

En una entrevista realizada al gran Salvador Dalí, le abordaron con varias cuestiones acerca de su propia muerte, este decía que no creía en la muerte de Dalí, pero que temía la muerte, el momento en que llegase. A día de hoy, bien sabemos que Dalí no ha muerto y que se mantiene inmortal.

No sé si algún día se conseguirá mediante la ciencia cualquier avance sobre la inmortalidad tangible, pero antes de que se produzca y en relación al sueño oculto de la raza humana, yo me pregunto si realmente tiene sentido.

De momento, todo sigue tal y como siempre ha sido, el cuerpo sufre un deterioro constante, tiene fecha de caducidad, el mundo aguantará nuestro paso, y continuará su rumbo una vez dejemos todo esto, así que, si queréis la inmortalidad ya podéis empezar a hacer méritos, como se decía en cierta película: “La inmortalidad es toda vuestra, ¡cogedla!”

martes, 9 de noviembre de 2010

Capítulo 32: Justicia



En las dos primeras acepciones de la palabra justicia, se expone lo siguiente:

1. f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.

2. f. Derecho, razón, equidad

En un mundo multicultural como el que vivimos, la justicia se intenta aplicar a través de leyes, normas, reglas. Por tanto, en todo país existe un código que dicta las leyes y derechos de cada ciudadano residente en un lugar concreto, el desconocimiento de estas normas no exime de su cumplimiento, por lo tanto, es de suma importancia que todo ciudadano conozca aquellas que les atañen, así como elegir y votar adecuadamente para que los gobernantes y los diferentes estamentos encargados de crear y modificar estas, sean lo más diligentes posible para que mantengan igualdad y orden, sin poner en peligro la libertad y el bienestar de los ciudadanos.

En muchas encuestas realizadas en torno a los diferentes sistemas judiciales, así como leyes y sensación general de justicia, los resultados arrojados son de desconfianza hacia todo el entramado legal por parte de la sociedad, dando a entender que en la mayoría de los casos no se aplica la justicia ni de la manera ni en la medida que se espera.

¿Qué factores hacen que exista esta desconfianza?, analizando un poco el asunto, una de las primeras razones, puede ser el desconocimiento por parte del ciudadano de todas las leyes que le afectan, así como del funcionamiento de un proceso judicial, plazos, penas y las entidades necesarias en cada caso, por el contrario la sociedad en general, cree conocer la mayor parte de sus derechos y abusan en muchos casos a la hora de hacer un uso responsable de estos.

Pero este desconocimiento general no es solo la causa de que la sensación de justicia sea una idea utópica entre la población, la prosa legal en su mayoría resulta indescifrable, con grandes cantidades de textos, sin dejar claro el propósito para el que fueron escritos. Muchos de estos textos resultan ambiguos, otros se contradicen entre sí, y muchos dejan lagunas legales para términos muy concretos.

La maquinaria judicial funciona con demasiada lentitud, existe una gran cantidad de burocracia intermedia entre que aparece un problema y se dicta una sentencia, la solución en enmaraña, y las réplicas siguen alargando el proceso, no se suele aplicar el sentido común en casos que así lo precisan, por otro lado la no informatización de la mayoría de trámites así como bases de datos, hacen que el funcionamiento de notificaciones y burocracia a la antigua usanza prolongue el letargo.

En España, el sistema penal está orientado hacia la reinserción, en ved de hacia el castigo, se confía en que siempre la persona puede cambiar radicalmente (algo que ha venido demostrándose en muchísimos casos (especialmente en los más graves) que casi nunca es así, y entonces surgen los delitos reincidentes disipando cualquier atisbo de justicia), la sensación que queda es que sale demasiado barato delinquir e infringir leyes, el riesgo en la mayoría de casos suele compensar a las penas que se suelen imponer al final de un largo proceso judicial.

En España, como máximo nadie puede permanecer más de treinta años en la cárcel, aunque siempre es difícil llegar a esta cifra, ya que el responsable abogado defensor, agotará todas las maniobras legales para bajar la pena, moralidad aparte por supuesto, e incluso en la propia cárcel el condenado podrá reducir pena mediante ciertos criterios dentro de la prisión.

En muchos casos, la pena queda reducida a una fianza económica, resulta irónico que un delito se borre con dinero, máxime cuando este se ha producido por robar dinero. Me pregunto el por qué no existe una pauta para que la gente con ciertas penas no realicen una serie de trabajos que reviertan a la sociedad, a la misma sociedad a la que un día, engañaron, violaron, estafaron, etc. Sería una manera de hacer menos apetecible el delito, aparte de una manera coherente de que el condenado compense a la sociedad...y justicia para todos.

Al final te queda la sensación de aquello que dicen de que la ley sólo es injusta para los que la cumplen.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Capítulo 31: Porno



Imagina que el electricista o el fontanero, llama a la puerta de una ama de casa de no más de veinticinco años insinuándose, imagina que la enfermera atiende a un enfermo, con una ropa más ceñida y corta de lo reglamentario en actitud provocadora, imagina que el jefe de una empresa ejerce un poder hipnótico-sexual sobre su secretaria, imagina que dos chicas o más tienen relaciones lésbicas solo para el placer de un hombre, imagina que el sexo se convierte en negocio visual dirigido por hombres.

Recuerdo que a temprana edad y aún con el shock de ser consciente de la existencia del porno, mis compañeros de juegos de aquello época y yo, vimos clara nuestra meta en la vida: ser actores porno. Empezamos a dialogar sobre el tema, y la verdad es que no veíamos ningún inconveniente, todo parecían ventajas. Con el paso de los años, creo que todos nos hemos dado cuenta que como en la mayoría de cosas de la vida, todo no es tan bonito como parece.

Pero esto no significa que el negocio del porno no sea un gran negocio, al menos para algunos. Como necesidad básica el sexo siempre está en nuestra mente desde el momento en el que somos conscientes de su existencia y su potencial, tanto es así, que a día de hoy, en una sociedad vendida en torno al sexo, resulta un arma tan poderosa como el dinero y es capaz de conseguir las mismas metas infinitas.
¿Qué pasa si mezclamos sexo y negocios? Que obtenemos la ecuación perfecta hacia grandes cantidades de dinero. Tanto es así que la industria del porno tiene un peso enorme en la sociedad, aunque siquiera lo notemos, ¿sabéis acaso quien desequilibra la balanza en temas como que formato de video casero se usa?, ¿acaso no intuís quien implantó los videos en el móvil, o la banda ancha para internet?

Es la industria que más se adapta a las tecnologías, su uso y su negocio ha crecido hasta límites insospechados desde que usa internet (la red anónima) para extender sus servicios ¿sabéis que una de las cinco palabras más buscadas por niños en internet es “porno”? ¿Sabéis que en el mismo ranking se encuentra la palabra “sexo”? ¿Sabéis que cada día se crean 266 nuevos sitios webs con contenido pornográfico? ¿Sabéis que el 72% de los internautas consume pornografía? ¿Sabéis que existen 372 millones de páginas webs pornográficas? ¿Sabéis que el año pasado las ganancias online de la pornografía fue de 2840 millones de dólares?

Internet proporciona el acceso a material pornográfico de cualquier índole manteniendo en todo momento el anonimato. Esto ha hecho que su consumo se dispare, al igual que las perturbaciones y es que, como en todo lo que pasa por mano del hombre y más tratándose de una necesidad básica, su uso y su contenido se ha distorsionado hasta en muchos casos rozar la enfermedad. 

El porno puede resultar de lo más complementario, placentero y curioso en un momento dado, pero no debe traspasar ciertas barreras, no debemos de permitir que se trafique con ciertas imágenes y videos, sobre todo aquellos que incluyen a niños. Tampoco debemos dejar que el porno dañe la imagen de la mujer, convirtiéndola en un simple objeto sexual esperando y deseando satisfacer al hombre en cualquier situación, ni debe confundir a jóvenes, haciéndoles creer que el sexo sin compromiso exprés es la mejor opción para saciar sus necesidades y que esto le hará ser más viriles y modernos.

El porno debe ser una dramatización de una sexualidad real, de una necesidad universal y nunca debe dañar la sensibilidad ni la integridad de nadie, y debe protegerse a aquellos que no deberían acceder a este contenido, ya sea tanto fuera como dentro de la pantalla.

¿Sabéis que seguramente esta entrada por contener la palabra “porno” obtendrá un mayor número de visitas de lo habitual?