jueves, 4 de noviembre de 2010

Capítulo 31: Porno



Imagina que el electricista o el fontanero, llama a la puerta de una ama de casa de no más de veinticinco años insinuándose, imagina que la enfermera atiende a un enfermo, con una ropa más ceñida y corta de lo reglamentario en actitud provocadora, imagina que el jefe de una empresa ejerce un poder hipnótico-sexual sobre su secretaria, imagina que dos chicas o más tienen relaciones lésbicas solo para el placer de un hombre, imagina que el sexo se convierte en negocio visual dirigido por hombres.

Recuerdo que a temprana edad y aún con el shock de ser consciente de la existencia del porno, mis compañeros de juegos de aquello época y yo, vimos clara nuestra meta en la vida: ser actores porno. Empezamos a dialogar sobre el tema, y la verdad es que no veíamos ningún inconveniente, todo parecían ventajas. Con el paso de los años, creo que todos nos hemos dado cuenta que como en la mayoría de cosas de la vida, todo no es tan bonito como parece.

Pero esto no significa que el negocio del porno no sea un gran negocio, al menos para algunos. Como necesidad básica el sexo siempre está en nuestra mente desde el momento en el que somos conscientes de su existencia y su potencial, tanto es así, que a día de hoy, en una sociedad vendida en torno al sexo, resulta un arma tan poderosa como el dinero y es capaz de conseguir las mismas metas infinitas.
¿Qué pasa si mezclamos sexo y negocios? Que obtenemos la ecuación perfecta hacia grandes cantidades de dinero. Tanto es así que la industria del porno tiene un peso enorme en la sociedad, aunque siquiera lo notemos, ¿sabéis acaso quien desequilibra la balanza en temas como que formato de video casero se usa?, ¿acaso no intuís quien implantó los videos en el móvil, o la banda ancha para internet?

Es la industria que más se adapta a las tecnologías, su uso y su negocio ha crecido hasta límites insospechados desde que usa internet (la red anónima) para extender sus servicios ¿sabéis que una de las cinco palabras más buscadas por niños en internet es “porno”? ¿Sabéis que en el mismo ranking se encuentra la palabra “sexo”? ¿Sabéis que cada día se crean 266 nuevos sitios webs con contenido pornográfico? ¿Sabéis que el 72% de los internautas consume pornografía? ¿Sabéis que existen 372 millones de páginas webs pornográficas? ¿Sabéis que el año pasado las ganancias online de la pornografía fue de 2840 millones de dólares?

Internet proporciona el acceso a material pornográfico de cualquier índole manteniendo en todo momento el anonimato. Esto ha hecho que su consumo se dispare, al igual que las perturbaciones y es que, como en todo lo que pasa por mano del hombre y más tratándose de una necesidad básica, su uso y su contenido se ha distorsionado hasta en muchos casos rozar la enfermedad. 

El porno puede resultar de lo más complementario, placentero y curioso en un momento dado, pero no debe traspasar ciertas barreras, no debemos de permitir que se trafique con ciertas imágenes y videos, sobre todo aquellos que incluyen a niños. Tampoco debemos dejar que el porno dañe la imagen de la mujer, convirtiéndola en un simple objeto sexual esperando y deseando satisfacer al hombre en cualquier situación, ni debe confundir a jóvenes, haciéndoles creer que el sexo sin compromiso exprés es la mejor opción para saciar sus necesidades y que esto le hará ser más viriles y modernos.

El porno debe ser una dramatización de una sexualidad real, de una necesidad universal y nunca debe dañar la sensibilidad ni la integridad de nadie, y debe protegerse a aquellos que no deberían acceder a este contenido, ya sea tanto fuera como dentro de la pantalla.

¿Sabéis que seguramente esta entrada por contener la palabra “porno” obtendrá un mayor número de visitas de lo habitual?

2 comentarios:

  1. Sabes quién soy, pero como voy a hablar de cosas íntimas me quedo como anónimo. :P

    Yo empecé a consumir porno a los quince años, me dejaba VHS un compañero de clase, un marginado cuyo padre (adoptivo) las tenía en el comedor como quien tiene los clásicos Disney. Allí descubrí dos cosas: imágenes sexuales reales y explícitas... y unas historias que tenían interés y eran divertidas. En el hentai ocurre más o menos lo mismo, sin la parte "real".

    Con los años fui descubriendo que el porno más moderno era mucho más plástico y artificial, tanto en los cuerpos de los actores y actrices (¿qué fue primero, la depilación en el porno o en la realidad?) como en las historias, anodinas, sin interés ni diversión. Dejé de consumirlo. Es cierto que de vez en cuando miro algún vídeo, pero siendo como soy y gustándome lo que me gusta, voy buscando temas concretos que den cierto morbo por divertidos o por estar sacados de la realidad, y siempre para un consumo rápido por necesidades físicas que todos tenemos.

    Me gustaría que el porno reflejara situaciones sexuales creíbles, historias con sentido que se diferenciaran del cine convencional solamente en que las relaciones sexuales tienen un fuerte protagonismo y que sean de verdad, no simuladas. Eso es lo que debería ser el porno, y creo que atraería más al público femenino, normalmente reacio a este cine tan atractivo económicamente.

    Para acabar, del infantil ni hablo porque creo que aquí somos todos gente normal y compartimos opinión, pero sí de algunas prácticas, humillantes para la mujer, que a pesar de que se hagan bajo pago y en ocasiones con el beneplácito de las actrices, no reflejan la realidad (al contrario, tristemente ésta intenta reflejar el porno) y son absolutamente innecesarias.

    Y ésta es mi opinión completa sobre el porno.

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  2. Es un topico pero, cada uno es libre de hacer lo que quiera siempre que sea consentido por la otra persona o personas, o por la moralidad de cada uno y sin humillar a nadie. Piensa que el grado de permitir/infringir la moralidad depende de tus relaciones, educacion, familia, etc, y ese magnitud no es valorada por metrica, sino por uno mismo pero puede que no compartida por los demas.

    Y ahora un poco de coña, todo es aceptable menos gato acostao... tampoco pido depilado, pero si un cierto cuidado personal y me refiero tanto a hombres como a mujeres.

    Cuidate!

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