Lo recuerdo en tiempos de colegio, el profesor de
turno dictaba unas normas temporales de obligatorio cumplimiento con la
particularidad de que con que solo uno de los alumnos no las cumpliese, el
premio final destinado a toda la clase se perdería, señalando además al
culpable. El primer contacto con la oveja negra, aquel o aquella que por
gracia, oposición al poder, intento de golpe de poder propio, desafío, enfado o
frustración rompe las reglas que tiene que seguir el grupo, aún a sabiendas de que
las consecuencias negativas repercutirán sobre todos.
Es entonces cuando lo señalan, y en la mayoría de
los casos se defiende, se muestra desafiante, seguramente su situación no es
igual de buena, ni su progreso igual de rápido que otros alumnos, se siente
contrariado y no le importa absolutamente el grupo, igual que al grupo no le
importa absolutamente este individuo hasta que incide negativamente en sus
privilegios.
Por desgracia las leyes son para todos, pero se
establecen y modifican estableciendo límites más concretos conforme
individualmente alguien las infringe, límites establecidos por
individualidades, aplicación de límites plurales, contradictorio pero lógico.
No es viable, ajustar personalmente las normas, debemos de aprender a convivir
en grupo, entendiendo de una vez que estamos obligados a entendernos, a
convivir, a socializarnos.
En el colegio intentaban enseñarnos una situación
que más tarde nos encontraríamos en la sociedad, el reconocimiento de la oveja
negra, saber identificarlos, saber enfrentarse a ellos, y no tolerar ningún
acto que ponga en peligro el buen funcionamiento del conjunto.
Tan importante es defender tus derechos, como
perseguir a aquellos que los puedan poner en peligro con sus actitudes.
La vía rápida, ese acto de egoísmo en su estado más
puro, no está vulnerando una regla o una ley, está vulnerando el derecho de
todos, conseguir las cosas a base de romper las normas no es ningún hecho
meritorio, sino más bien ganar un partido amañado, un atentado contra la
libertad y derechos de los demás.
En tiempos de colegio señalar a la oveja negra era
sinónimo de ser un chivato, una persona que delataba a sus semejantes, que
informaba a un gobierno mayor de acciones incorrectas de un compañero,
compañero…,poco tienen que ver con ese concepto estos individuos, sus acciones
solo traían malestar y restricciones para todos, su imperio de mentiras, su
egoísmo, sus actitudes intimidatorias, puede que ellos fueran y sean las ovejas
negras, pero entonces todos los demás tenemos que intentar ser más bien una
manada de lobos.
muy chevre ♥♥♥
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