miércoles, 4 de agosto de 2010

Capítulo 22: La manzana envenenada



De inicio quiero dejar claro, que todo lo que contiene este artículo no hace referencia a ninguna marca ni producto concreto, cualquier asociación será una apreciación subjetiva del propio lector.

Cada vez es más habitual que se repita el ritual, aparece un Gadget nuevo (Un gadget es un dispositivo que tiene un propósito y una función específica, generalmente de pequeñas proporciones, práctico y a la vez novedoso.) y podemos ver las largas colas de gente (a veces incluso esperando largas horas o pernoctando, me pregunto si harían lo mismo para, por ejemplo, conseguir un trabajo) ansiosa de adquirir este nuevo producto a cualquier precio, una carrera hacia la posesión de la novedad, del último modelo, una manera de estar a última, de tener algo que enseñar, algo que contar. 

Las compañías a través de su marketing nos crean la sensación de necesidad de su producto, la obligatoriedad de su compra y para ello, todo vale, exagerar las características con frases que se graben en la mente, porque cualquiera sabe que unas características listadas no van a seducir a nadie, explicación de características existentes como nuevas, acercando de alguna manera a los usuario menos expertos las tecnología que aunque hasta ahora ya se aplicaba, ellos desconocían.

Pero aquí el factor importante no reside en ese marketing, porque entre otras cosas es una consecuencia natural de una empresa que tiene un negocio que consiste en vender un producto, el problema, al menos desde mi punto de vista está en lo social. Porque vale, todos somos caprichosos en mayor o menor medida (el grado depende de aparte de la personalidad, el entorno social y de la educación recibida principalmente), pero también debemos de ser honestos con nosotros mismos, y preguntarnos si realmente nos lanzamos cuales hordas de zombis hacia la nueva carne fresca, sin pensar realmente si por un lado nos hace falta y por otro si no estamos exagerando nuestras necesidades para justificar  la compra.

Los gadgets se prestan perfectamente a estas prácticas mercantiles, ya que son productos fácilmente rediseñables y mejorables a cuentagotas (las empresas van aplicando las tecnologías a sus productos con un ritmo lento y tardío para mantener el modelo de marketing) y nosotros por supuesto respondemos a sus expectativas, incluso superándolas en la mayoría de los casos.

Estas prácticas y nuestra respuesta consumista, hacen dar un poder infinito a ciertas compañías, que usan (como no) en su beneficio, creando encubiertamente monopolios con ciertos productos, porque no siempre vende lo que es mejor, si no lo que se publicita mejor. Marketing y consumismo, gasolina y fuego.

La situación ideal para nuestra economía, desarrollo y para frenar estas prácticas reside en nuestro poder como consumidores, y no el responder cual robot programado a las campañas de publicidad. 

Imagina que un día decides montar una empresa sobre algún producto. Imagina que todo empieza en un garaje, empeñando todo lo que tienes para poder empezar, que te limitas a un producto en concreto, básico, pero bien acabado, te desligas de la ideología clásica de las grandes empresas, te desmarcas de ellas, tu eres un líder de compañía atípico, con pintas de andar por casa, con mentalidad abierta. Los millones empiezan a engordar tu cuenta corriente y de pronto y seguramente casi sin quererlo te conviertes en aquello que siempre criticaste, hasta el punto de querer imponer encubiertamente tu propio monopolio, como decía la mítica frase, “no es nada personal, son solo negocios”.

4 comentarios:

  1. Tienes toda la razón del mundo, Mike. Y no es sólo la compañía que empieza por "Ap" y acaba en "ple", ya lo sabes. Son todas. Sin ir más lejos, y sin querer decir nombres concretos, está Sony con su Playstation (sea la 1, la 2 o la 3, da igual porque las 3 viven del prestigio de la marca). No importa si sus consolas son las mejores de su generación o no en términos tecnológicos, porque son las mejores en marketing, y si algo funciona... ¿para qué cambiarlo?

    Lo más gracioso es que esa misma gente ávida de conseguir los últimos modelos en todo no se da cuenta de que cuando empiece a disfrutar esos gadgets, de precio exagerado para lo que ofrecen, le llegarán noticias de modelos de nueva generación del mismo producto, con más prestaciones naturalmente. Y si eres europeo, además, ve bajándote los pantalones porque te llega aparentemente el mismo producto pero con menos prestaciones, más tarde y a un precio superior al que correspondería al cambio legal de la divisa, y esto es literalmente cierto por lo menos en el caso que comentaba de Sony y su tercera videoconsola de sobremesa.

    En los negocios si todos fuéramos honrados genial, pero como los demás no lo son, yo no puedo ser el primero en hacer las cosas bien porque se me comerán. Hasta la política funciona así. Quieras o no, aunque tengas una base honrada te acabas corrompiendo porque una cosa es ser bueno y otra muy distinta ser tonto. Y cualquier empresa lo que busca es el beneficio, es demasiado tentador. Como la manzana del cuento. Sí, el cuento. Aquél donde sale la protagonista de tu último artículo.

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  2. Creo que tu respuesta da para otro tema, que sería el tema de los denominados "fanboys" de una marca o producto en concreto, el defender con uñas y dientes un producto como si fueran ellos mismos accionistas mayoritarios de la marca, creo que es un error caer en eso.

    Sobre el tema de la honradez, aunque la marca puede hacer un uso mínimo de ella en algunas situaciones, no creo que tenga que estar obligada a ejercerla, pero si que creo que deberían de aplicar esta honradez los consumidores y de alguna forma así transmitir una cura de humildad y de propia honradez a las compañías. Solo así estas podrán disponer de esta cualidad.

    Pondría como ejemplo el tema de la compañía Foxconn, esta empresa trabaja fabricando para muchos gigantes de la tecnología, por las presiones en los plazos de entrega y otros factores los trabajadores tienen un ambiente y unas condiciones lamentables, fruto de esta situación muchos se han suicidado en la propia compañía (una manera de denunciar su situación), algo bastante grave. Una vez saltó el escándalo a los trabajadores se les subió varias veces el sueldo, y actualmente ronda los 200€ al mes (no comment), cuando están fabricando muchos aparatos que cuadriplican como mínimo ese importe al día. Aún con estos precedentes las compañías siguen trabajando de esta manera, para obtener grandes márgenes y poder cumplir con los plazos que los "caprichosos" exigimos a nuestras marcas, por un producto deseado. De alguna manera (aunque sea indirectamnete), los consumidores dan pie a estas cosas.

    Gracias por tu comentarios.

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  3. De nada, hombre, me gusta el blog y comentar lo que escribes. A no ser que lo digas con sarcasmo como indicando que deje de escribir, je je...

    Supongo que has leído Gomorra. Si no, hazlo, porque toca el tema que comentas de la sobreexplotación de los trabajadores por parte de grandes marcas de ropa italianas, para alucinar.

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  4. No hay nada de sarcasmo hombre.

    Sobre Gomorra lo leí hace mucho tiempo, el contenido no termina de estar mal escrito pero se me hizo bastante pesado, por la forma de narrar del autor. Sobre el contenido en sí, es interesante, pero la verdad es que esperaba algo más en lo que a datos escabrosos se refiere.

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