miércoles, 31 de marzo de 2010

Capítulo 11: Carnívoros



Al ser humano siempre se la ha considerado omnívoro, es decir, puede consumir todo tipo de alimentos. (Aunque hay un debate histórico abierto con la teoría de que nuestra anatomía es propia de un herbívoro y no de un omnívoro).

Uno de los pilares de esta dieta tan llena de posibilidades siempre ha sido la carne, de hecho su consumo ha aumentado mucho más de lo aconsejable, saludablemente hablando, en las últimas décadas. Fruto de esta situación, el proceso de comercialización de la carne se ha ampliado, y por tanto el número de mataderos y animales sacrificados.

Siempre hemos dado por hecho que una serie de animales basan su existencia en ser nuestro alimento, para ellos parece ser todo un honor y para nosotros todo un placer. La mayoría de estos animales (vacas, corderos, cerdos, conejos, pollos, etc.) son criados en cautividad, la mayoría con escaso espacio habitable, a veces siquiera pueden moverse, con el espacio justo para su cuerpo, y la única posibilidad de echarse sobre sus propias heces.

En la mayoría de lugares donde se llevan a cabo los sacrificios para los entes superiores, el proceso viene a ser el mismo, como en toda empresa intentan simplificar y ganar tiempo, lo importante siempre es la producción, de esta forma el circuito consta de un pasillo donde no pueden siquiera girarse sobre si mismos, por turnos, van pasando hacía un habitáculo cerrado donde son aturdidos con descargas eléctricas u otras armas diseñadas para el mismo fin, como decía antes la producción manda y no siempre se pueden cerciorar de que estén lo suficientemente aturdidos. Una vez pasada la fase de aturdimiento, los cuelgan, normalmente de una extremidad, en la mayoría de casos, una pata trasera, y en ese momento se les clava un cuchillo en el cuello o se les degolla, la sangre empieza a brotar, es entonces cuando el animal sale de su aturdimiento para gritar, vomitar e intentar escapar, rodeado de otros iguales que o intentan lo mismo o que simplemente ya han muerto.

En este proceso, los que esperan pacientemente, intentan escapar, porque huelen la sangre, e incluso pueden estar contemplando la escena llevada a cabo con un compañero, el pavor es algo que se puede captar en su expresión, en sus gestos, en sus gritos, pero en la producción no se tiene en cuenta estas nimiedades. La mayoría de consumidores están totalmente alejados de lo que supone este proceso o como se lleva a cabo, simplemente ven variedad de carnes y productos derivados de esta en el supermercado, en un restaurante, etc.

En un libro leí que la humanidad solo se puede demostrar hacia los animales, es la única forma en que cobra sentido.

Este texto no trata sobre la dieta que tiene que llevar cada uno, aunque os aseguro que personalmente después de leer y ver videos relacionados con todo este tema (donde cuentan y se ven imágenes de escenas mucho más duras que en el breve y endulzado resumen que yo he relatado), se me han quitado las ganas de que la carne sea el pilar de mi alimentación y no por las nauseabundas imágenes, si no por principios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario