martes, 2 de octubre de 2012

Capítulo 52: Desinformación programada





El ejercicio de cada día, vagabundear por esos periódicos digitales, por esas páginas Web de noticias, por las redes sociales, en busca de información instructiva, trascendente y veraz.

Solo hace falta echar un pequeño vistazo para darse cuenta de varias cosas, la primera es que la prioridad de temas sigue un criterio bastante banal, los temas corazón, las curiosidades y los temas escabrosos han colmado la parrilla, mientras el resto de noticias, entre ellas hechos importantes quedan relegados a un rincón pequeño y olvidado, supongo que de alguna manera tiene que ver con la oferta y la demanda, hay algunas voces que dicen que tenemos la información que nos merecemos y aunque es algo injusto, no deja de ser menos cierto que desde que la información se convirtió en negocio, y más en la red donde todo se mide por "tráfico", lo más cotizado viene a ser lo más consultado, y por tanto, los editores entiende que esto es de lo que la gente quiere leer o ver.

Luego están esas fotos que acompañan a la noticia, donde el autor intenta darle un énfasis partidista a su texto, intentando posicionar al lector, o al menos, hacerla atractiva para que el lector haga el ansiado clic. De hecho, el formato usado por la mayoría de páginas de información viene a ser más un mosaico de imágenes, dejando claro que la imagen ha ganado el pulso al texto.

Una vez entramos dentro de la noticia, hay dos pistas que nos indica que la gran mayoría no va a leer el texto en sí de la noticia, la primera pista viene dada por los cuatro o cinco titulares que nos resaltan al inicio, ¿por qué tantos?, en ellos podemos encontrar no lo más destacable de la noticia, si no lo más comercial de la misma, material para la controversia, suelen ser las frases que luego alguien te dice, anteponiendo : "he leído que", y cree poseer el cetro de la verdad, cuando algunas veces siquiera tienen demasiado que ver con la noticia o la entrevista. La segunda pista es que una vez leemos el contenido en sí, vemos la poca relación entre esos titulares y el contenido del texto y el poco esmero puesto por el redactor de turno, como si de alguna manera ya supiese de antemano que pocos internautas van a leerlo completamente.

Por si todo esto fuera poco, en general, ya de por sí, la superpoblación de noticias y canales de información nos ha llevado a conocer muchos detalles acerca de cosas que importan poco y saber poco de cosas que importan mucho, hasta convertirnos de alguna forma en una sociedad desinformada en lo esencial, distraída por la cantidad y obviando en todo momento la calidad.

1 comentario:

  1. Lo peor de todo es que no nos damos o no nos queremos dar cuenta de que esto es así, ahora y siempre, aquí y en todo el mundo. Menos mal que en internet existen alternativas.

    Saludos

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