miércoles, 1 de septiembre de 2010

Capítulo 25: África



Para cualquier ciudadano de un país “desarrollado” (el entrecomillado es ironía pura), el continente africano es una especie de limbo, donde viven otros humanos olvidados, a los que siempre podemos acudir para limpiar nuestra conciencia o usarlo como ejemplo extremo de muchos conceptos, como la diferencia en la calidad de vida, la pobreza, el hambre, la malnutrición, la enfermedad, etc. Tenemos la imagen grabada a fuego, de esos niños rodeados de tierra y chabolas, que miran ensimismados, semidesnudos, con una aureola de moscas. Siempre los usamos como ejemplo, y desde pequeños aprendemos a que hay una “gran promesa” por ayudarlos de alguna manera.

Pero como con la mayoría de estos temas, las imágenes, las historias que les rodean y los datos han llegado a formar parte de nuestras vidas, creándonos una sensación de familiaridad y eso nos ha hecho perder la conciencia, o difuminar la importancia de los graves problemas que les atañen a los africanos.
Hace poco leí en un periódico una entrevista a un activista que ha estado muchos años en África y me resultó curioso que hace mucho hincapié en que la mejor manera de ayudar a este continente era no aportando comida, ni dinero. La explicación es bien sencilla, el dar comida o dinero no hace otra cosa que atajar el problema día a día, con un esfuerzo titánico por parte de la comunidad exterior, por tanto es dependiente de la voluntad de gente ajena al continente y por otro lado, da pie a una serie de comportamientos fraudulentos por parte de los intermediaros de hacer llegar esta ayuda a esta gente (si es que finalmente llega). Está claro que el modelo no es sostenible, y que no les soluciona el problema a la población africana, sino que solamente lo aplaza y lo perpetúa en el tiempo.

Por tanto, ¿Cuál es entonces la solución para que este continente empiece a salir adelante?,  crearles unos sistemas que le permitan ganarse la vida por ellos mismos sería un buen comienzo, ya sea enseñándoles a cultivar, a fabricar diferentes productos, ayudándoles así a mantener un sistema que consiga su autosuficiencia. Eso acabará con el problema. Otras medidas podrían ayudarles, como por ejemplo y como planteaba el entrevistado, bajando los precios de exportación y venta de los productos africanos para que sean competitivos en el mercado y de esta manera, adentrarlos en el mercado internacional en pos del resurgir de su economía y de su sostenibilidad.

Pero parece que todo esto no interesa, por un lado porque a nivel moral, es más valido mantener el limbo de pobreza, para tener a donde mirar en caso de que a nosotros nos vayan las cosas mal, para compadecernos, dejarlo como pulmón del resto del mundo urbanizado y por otro lado porque existen intereses económicos muy importantes, tanto con el caso de “malversación” de la ayuda internacional, como laboratorio humano para las farmacéuticas, como empresas que encuentran mano de obra barata y un largo etc.

Hay una cosa que me llama mucho la atención, en el continente, a nivel político y sobre todo en las zonas más pobres (la mayoría), existen dictaduras muy severas (la mayoría disfrazadas de democracia), que prácticamente responden a las apetencias de un gobernador corrupto (léase grupo armado y organizado), también existe falta de gobierno, de leyes, etc.. Con todo esto, me pregunto, ¿por qué nadie se preocupa de que estos países tengan un gobierno democrático que respete los derechos humanos como se ha hecho (intentado) con otros países?, la respuesta como estáis imaginando es sencilla, porque no han encontrado grandes cantidades de petróleo u otros intereses económicos importantes que explotar, miento, sí que existen algunos, como por ejemplo, los diamantes, pero esos ya se lo están quitando sin necesidad de empezar una “guerra contra el terror”.

2 comentarios:

  1. Yo siempre he sido de esa opinion..lo mejor para estos paises no es darles hoy de comer..porque eso traera hambre mañana, lo ideal seria que ellos tuvieran su propia cosecha de la que pudieran subsistir dia a dia..sus propios pozos de agua, en definitiva hacerles ver que ellos tambien pueden tener sus propias riquezas...

    Besos.
    Mar

    Suerte en el concurso.

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  2. Yo con esto de África lamento decir que me siento absolutamente impotente. Efectivamente no es sólo un tema de dinero en efectivo o de comida, hay que invertir. Invertir bien. Meterse en guerras si hace falta para sacar a los dictadores, pero como ya has dicho no interesa. Es muy noble sacar a Saddam de Iraq o perseguir a los talibanes en Afganistan, pero si lo haces por venganza y/o para quedarte con el petróleo desmereces el asunto. En África no hay beneficio económico posible.

    Yo no sé cómo lo haría para ayudarles, esto de que hay que enseñarles a pescar, cultivar, etc. no es nuevo, pero parece que la cosa va a ser muy lenta. Lo que no es una solución es decir frases tan tontas como "cómetelo todo, que luego los niños de África se mueren de hambre". Menuda gilipollez, cada vez me da más rabia, ya que no hay una relación directa entre lo que haga yo y lo que pueda o no hacer otra persona en otro sitio. ¿Si yo me lo como todo el otro va a ser más feliz? ¡Amos anda!

    No sé, es muy desesperante, pero lo que tenemos es la obligación moral de sacarlos adelante, porque si están así es por culpa del primer mundo, que les privó de sus varias fuentes de riqueza cuando en la Edad Media y más allá África era un continente perfectamente normal y sano. Ahora, además del hambre, está lo comentado de las guerras por los diamantes, las enfermedades y el veneno que representa para muchos países negros, como para los árabes (aunque estos están mucho mejor), el Islam mal entendido y otras costumbres que mutilan o deforman el cuerpo de las mujeres. Eso sí que no es culpa de los blancos, pero yo creo que con lo que les hemos hecho pasar no estaría mal que nos metiéramos para solucionarlo también, de paso.

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