Baltasar Garzón, nació en un pequeño pueblo de Jaén.
Estudió derecho, mientras tanto, desempeño funciones de albañil, camarero y
ayudó a su padre en una gasolinera. Consiguió aprobar las oposiciones de juez,
ascendió a magistrado, para más tarde tomar posesión como magistrado del
Juzgado Central de la Audiencia Nacional, ha dado clases en la universidad,
elegido Doctor Honoris Causa por más de una veintena de universidades, muchas
de ellas de fuera de España y ha hecho de asesor del Tribunal Penal
Internacional de La Haya.
En sus inicios llevó a cabo importantes operaciones
contra el narcotráfico en España, donde ya declaró que el sistema fallaba
estrepitosamente por la legislación vigente en ese momento para la materia, ya
que no le permitía luchar con toda la fuerza que quisiera contra estas
actividades.
Después vino el caso GAL donde se denunció al por entonces ministro de interior del PSOE por la llamada "guerra sucia" contra el terrorismo, también persiguió intensamente a la banda terrorista ETA, cerrando empresas, diarios y vetando partidos relacionados directamente con la banda entre otras acciones.
En terreno internacional, promovió una orden de
arresto contra Augusto Pinochet, ex dictador chileno por sus crímenes, así como
investigaciones pioneras sobre la instauración de dictaduras por parte del
gobierno americano en América latina en la década de los setenta (operación
Cóndor), o los genocidios producidos durante la dictadura Argentina. Investigó
al banco español BBVA por supuestos delitos de lavado de dinero en el
extranjero, solicitó al Consejo de Europa desaforar al por entonces primer
ministro italiano Silvio Berlusconi, y ordenó la detención de Osama Bin Laden
entre otras causas.
Desde 2008 estuvo recabando información elaborando
un censo de fusilados, desaparecidos y enterrados en fosas comunes después de
la victoria del franquismo en la guerra civil, con la intención de intentar
encontrar a mucha gente desaparecida. Para contrarrestar esta investigación
varias organizaciones de ultraderecha se querellaron contra Garzón. Como
resultado, en 2010 suspendieron al juez cautelarmente de sus funciones. Varias
organizaciones pro derechos humanos se manifestaron en contra de esta medida,
así como gran parte de la población.
Como resultado del caso Gürtel (leer el capítulo
anterior de este blog), a día de hoy el único imputado por este caso es el
propio Baltasar Garzón, la condena, impuesta por unanimidad por los siete
magistrados del tribunal lo condenan a once años de inhabilitación por
prevaricación en las escuchas del Gürtel, una auténtico atropello que deja muy
en entredicho la transparencia y la eficacia de la justicia.
Con todo este breve resumen, quedan claras varias
cosas, la primera y en cuanto se refiere al señor Garzón, el reconocimiento
de que mejor o peor, haber al menos
intentado ayudar a esclarecer causas en las que otros siquiera quieren mirar
para ese lado.
La segunda cosa que queda clara es que la justicia
no funciona a favor de ella misma como debería y mucho menos en este país, con
un sistema judicial y leyes oxidadas (serían necesarias grandes reformas), con
unos magistrados contaminados, partidistas, donde la mayoría de sentencias
resultan inapropiadas y en las cuales nunca se suele aplicar ningún tipo de
sentido común.
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