Imagina que eres cualquier persona de un país
desarrollado, si quieres, incluso que perteneces a la clase más humilde, la
vida no te da para caprichos, pero tienes lo suficiente para comer algo cada
día, poder lavarte y disfrutar de un entorno moderno a todos los niveles.
Imagina que hay un embarazo de por medio,
seguramente quieres lo mejor para ese hijo que estás esperando, sabes que vas a
tener que luchar por él y tienes inseguridades naturales creadas de lo que la
nueva situación te puede plantear, pero incluso con todo eso, no llegas a temer
por su vida, sabes que mejor o peor, estando a este lado de la orilla, tu hijo
tendrá las necesidades básicas mínimamente cubiertas, también sabes que los
peligros que le pueden acechar son abundantes, pero que raramente atentará
contra su vida, pero aun así, todo esto es complicado.
Imagina que cambiamos el marco; Tu vida, la de tu
familia, y la de tus futuros hijos es amenazada por enfermedades de fácil
contagio, la política está cubierta con una dictadura descarada, que por si
fuera poco con las enfermedades, el caos, la violencia y la corrupción hace que
el peso de la vida de una persona sea nulo, que el baile de balas sea algo
cotidiano y no una tragedia esporádica, que las violaciones existen como una
forma de sexo y no como una aberración, que no hay forma de conseguir pan que
no sea mendigando ni otra forma de asearse que no sea ir a un río, pero que
tienes la mala suerte de vivir en una zona árida. Imagina que tu futuro no
promete nada diferente a esto.
Es entonces cuando no paras de pensar en una tierra
prometida, aquella donde la peor oportunidad es el mejor de los sueños de donde
estás.
Y es entonces cuando lo decides, no lo piensas,
simplemente dejas actuar a tu sentido de supervivencia, y te decides a invertir
todos los ahorros que hayas podido hacer para embarcar en una nuez y poder así
surcar el mar intentando alcanzar la supervivencia, conoces los peligros, pero
tu situación es tan desesperada que decides arriesgarlo todo, incluso a tu
hijo, porque consideras que es mejor morir en el intento que seguir viviendo en
un sitio así, imagina que todo esto es real, que lo que a ti te podría parecer un mal sueño,
para otros es una triste, dura e inaguantable realidad, solo por el hecho de
haber nacido en otro lugar, en unas tierras que son auténticas minas de
explotación para unos pocos codiciosos, donde no hay nada regulado, ni donde
nadie quiere ir a regular, los intereses siguen siendo grandes, un coto privado
de pruebas para las empresas farmacéuticas entre otras barbaries, una película
que todos conocemos y que seguimos mirando como si de una ficción se tratase.
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