No hay una palabra que despierte tanta atracción y
ansiedad a la vez como la palabra gratis. Supone toda una metamorfosis para
aquellos que la leen o escuchan, una transformación en seres sin escrúpulos
capaces de hacer cualquier cosa, y sin reticencias en exponer el egoísmo más
extremo.
Alrededor de esta palabra he visto consumarse
situaciones y acciones de lo más lamentables, personas enfervorizadas, poseídas
por el gen consumista más arraigado, los ojos permanecen fijos sobre aquello
que tiene la cualidad de ofrecerse gratuitamente, mirada fija, como perdida,
ansiedad, se aceleran las pulsaciones, la respiración se entrecorta, el momento
en que la mano se acerca a los trofeos se eterniza, y por fin llega el momento,
alcanza el objetivo y como un león que devora una presa, utiliza todo su instinto
más primario, su brutalidad, mientras a la vez mira desconfiando a su
alrededor, para no llamar la atención, para no atraer a otros depredadores, la
ansiedad se mezcla con un falso sigilo, con un inútil disimulo.
Poco importa el objeto de lo que se ofrece
gratuitamente, la idea despierta una cuenta atrás en la lucha por la posesión,
aunque esta resulte completamente innecesaria y absurda. Todo se reduce a una
caza desesperada, para ello no se escatimen esfuerzos, se empuja, se
obstaculiza, se agarra, una pelea por las presas.
Con la pieza asegurada, los cazadores se retiran
satisfechos a un rincón, aún con gesto de ansiedad, una vez alejados del coto
de caza, la frecuencia de las pulsaciones baja y comienza el regocijo,
normalmente no basta con haber cazado, ni incluso que la caza haya sido
abundante, el mayor placer procede de mostrar a otros que hemos cazado, que
hemos sido más hábiles, más astutos, tocados por la suerte divina, cuando en
realidad, solo se trata de un hecho totalmente circunstancial, donde nuestra
avaricia más primaria pone en tela de juicio nuestro honor y racionalidad.
Al final, después de todos los esfuerzos y
desvaríos, todo lo obtenido acaba en algún cajón perdido sin uso, regalado o en
el mejor de los casos, en la basura, pero el momento de gloria, ese momento de
regocijo personal, de triunfo, es una droga a la que la gran mayoría no puede
resistirse.
Algo que me ha sorpendido viajando por Europa es que la palabra "Gratis" existe en por lo menos Alemán, Francés y Holandés, y en todos los casos es de origen español.
ResponderEliminarSiempre recordaré cierto día saliendo del metro, estaban dando bebidas carbonatadas gratis. Dos señoras hablaban. Una decía "mira, me las han dado gratis". La otra respondía "pero si a ti no te gusta" y loa conversación seguía "si, pero son gratis". Esa es para mi la esencia de "gratis".