Cualquiera que me
conozca de cerca sabrá que siento una gran debilidad por el grandullón de la
capa roja. Para mí siempre ha sido un símbolo, un personaje que tiene un rol
muy determinado, unas ideas bastante claras, unos principios inamovibles y por
supuesto una imagen más que reconocida.
De pequeño me atraía
lo espectacular del personaje, su puesta en escena, sus poderes, con el paso del tiempo me quedé
solamente en toda la filosofía que encierra, en los dilemas morales del
personaje e intentar entender a un personaje real que pudiese encarnar tales
circunstancias, el análisis es interesante, créanme.
Como la gran mayoría
sabe, el personaje viene a la tierra en una nave dejando a sus espaldas su
planeta natal explotando y siendo el último de su estirpe. En la tierra es
acogido por una pareja de ancianos que lo educan como un chico corriente, pero
que pronto descubren que tiene una serie de dones, que finalmente decide usar
para ayudar a los demás, siempre desde el anonimato.
Su doble identidad le
hace interpretar el papel de persona corriente de origen humilde, y para ello
se muestra inseguro, cobarde, débil, casi rozando la servidumbre en el entorno
laboral, perdedor en el amor, etc. Resulta irónico que interpretando un
personaje de estas características pase totalmente desapercibido para el resto
de personas, tanto que a todas le parezca “de lo más normal”, camuflándose en
todo momento.
En cuanto al héroe,
se muestra rápido, seguro, fuerte, solidario hasta el punto en que no le importa poner en peligro su propia
vida para salvar otra o ayudar en todo aquello que sea necesario, seguramente
valores que muchos calificarían de una actitud muy humana, y otros calificarían
de que se trata de un auténtico pringado, una doble vertiente de opiniones que abre un debate, cuanto menos,
interesante.
Llama mucho la
atención que la mayoría de villanos del personaje quieran llamar su atención o
acabar con él poniendo en peligro algún ser vivo, confiando siempre en los valores
sólidos y puros del personaje. Tema interesante este porque aquí es donde el
personaje pierde muchos adeptos, y es que a muchos el personaje le parece
demasiado bueno, demasiado ideal, demasiado ingenuo quizás y por consiguiente,
demasiado irreal. Quizás hubo un tiempo en que tras tanto horror , guerras , y
dolor de la población la gente necesitaba creer en un héroe como Superman,
concienciar a millones de niños del camino a seguir, como una especie de
predicador de los buenos hábitos, hoy día, nadie quiere ser, ni quiere ver a
ese héroe, quizás porque nadie cree en sus valores, quizás porque nadie quiere
ser como él.
Porque ahora, hagamos
un ejercicio, imaginen a un Superman real, creo que todos tenemos claro que no
usaría esos poderes para lo mismo que el personaje del comic, si pertenece
mínimamente a este mundo, seguramente los usuaria solo en su propio beneficio
(algo para la reflexión por otro lado), igualmente hiciese lo que hiciese, se
vería como una amenaza, ya sabéis que hay unos cuantos que no quieren que nadie
tenga más poder que ellos (otra vez dosis para la reflexión) y por otro lado
existiría otra vertiente para
convertirlo en una estrella de circo, seguramente mediático y empezaría a
importarnos especialmente, que marca de calzoncillos usa, o que es de su vida
sentimental (reflexión número tres).
Con todo esto, y
quitándole la bandera americana en la que lo envuelven demasiado a menudo, lo
siento, pero creo en este personaje (me considero iluso a tiempo parcial), al
menos como símbolo de algunas cosas, entre otras de algunas que tienen que ver
con las reflexiones expuestas en este artículo, que seguramente no tienen tanto
que ver con él sino más bien con el resto de los mortales, con nuestra
sociedad, porque, nos podemos hacer muchas preguntas acerca de lo que cada uno
cree o siente por el personaje, pero la
gran pregunta es, si el personaje saltara del papel a la realidad, ¿creería él
en nosotros?